Australia
La caída en la inversión podría debilitar el crecimiento del PIB, pero este escenario beneficiaría a sectores no mineros.
28 de Agosto de 2012.- El auge minero de los commodities que ayudó a Australia a evitar la recesión después de la crisis financiera está mostrando señales de desaceleración. El crecimiento se ha moderado en China, los precios del mineral de hierro han caído, y varios proyectos mineros domésticos se han cancelado. Las implicancias para Australia son mixtas: por un lado, una caída en la inversión minera podría debilitar el crecimiento del PIB total y hacer más visibles asuntos estructurales, como la disminución de la productividad; por otro lado, un crecimiento más equilibrado podría beneficiar a sectores no mineros, golpeados duramente hasta ahora por la apreciación cambiaria y los altos costos laborales.
Los elevados precios internacionales de los commodities, la creciente demanda china por materias primas y la inversión minera asociada han contribuido al sólido desempeño de la economía australiana en los últimos años, pero están comenzando a emerger preguntas sobre cuánto más puede prolongarse el auge. El ritmo de expansión económica en China –el mayor socio comercial de Australia- se moderó a 7,6% año sobre año en el segundo trimestre, desde 8,1% en enero-marzo. Aún más crucial para Australia, es el precio del mineral de hierro, una de las mayores exportaciones del país que ha caído a su menor nivel desde 2009. El precio está muy por debajo de los US$ 110 a US$ 120 por tonelada que se considera necesario para que los grandes proyectos mineros sean comercialmente viables.
Al mismo tiempo, las empresas mineras están teniendo dudas sobre la expansión. La minera anglo-australiana BHP Billiton abandonó el equivalente a cerca de ?US$ 50 mil millones de proyectos futuros en Australia en meses recientes, siendo el último ejemplo el proyecto minero Olympic Dam en Australia Meridional. Estos eventos llevaron al ministro de Recursos Federales, Martin Ferguson, a declarar que “el auge de los recursos terminó”, pese a que otros ministros rápidamente echaron marcha atrás a esta observación.
El opositor Partido Liberal, junto con adversarios por largo tiempo del gobierno en la industria minera, ha buscado capitalizar la situación. Críticos de las políticas mineras del gobernante Partido Laborista han culpado al impuesto a la renta de recursos minerales y al impuesto a las emisiones de carbono, los dos promulgados este año, por una ola de cancelaciones de proyectos. El líder opositor, Tony Abbott, vinculó el retraso indefinido del proyecto Olympic Dam a los dos impuestos del gobierno. Sin embargo, no todos los observadores están pesimistas sobre los problemas del sector minero. El Banco Reserva de Australia dijo que pese a que los términos de intercambio de Australia llegaron recientemente a un máximo en 140 años, los crecientes niveles de inversión se mantendrán por un tiempo.
Por ahora, la economía australiana se mantiene firme. El PIB real creció 4,3% año sobre año en el primer trimestre de 2012, una aceleración respecto del 2,7% del trimestre anterior. Pero la expansión oculta áreas considerables de debilidad en los estados del este, que no están enfocados en la minería) y en los sectores no mineros. La actividad en esas áreas no se ha beneficiado directamente del auge minero. De hecho, muchas empresas en Victoria y New South Wales han sido golpeadas tanto por la apreciación del dólar australiano como por la amenaza de inflación asociada con los estados mineros: estos factores llevaron al banco central a mantener las tasas de interés en una posición más restrictiva después de que había pasado el impacto inicial de la crisis financiera, disminuyendo las perspectivas de crecimiento en los sectores no mineros.
En algunos aspectos una desaceleración en el auge minero debería ayudar a la actividad no directamente relacionada con la minería. Si la dependencia excesiva de la economía en las exportaciones de commodities disminuye, las llamadas a innovar en las industrias no mineras se harán más urgentes. La Comisión de Productividad publicó recomendaciones para modernizar la economía y hacerla más competitiva. En contraste, el incentivo para modernizar no existía cuando el auge minero apuntalaba el crecimiento y hacía crecer los salarios. Se espera que el avance tecnológico y la eventual finalización de la Red Nacional de Banda Ancha impulsen la capacidad de Australia de competir globalmente y superar las desventajas del aislamiento geográfico.
DF
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