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Chile

Para el canciller, la anhelada integración latinoamericana hoy es más posible que nunca. Sólo requiere de voluntad política, resguardos y garantías.

06 de Agosto de 2012.- Desde los tiempos de la independencia, Latinoamérica ha visto la integración política y económica como un gran anhelo. La idea de formar un bloque fuerte y legítimo, que genere mayor cooperación y promueva mejores prácticas políticas y comerciales ha motivado muchísimos acercamientos políticos y económicos a lo largo de los años. Algunos afortunados. Otros no tanto. Desde la CAN (Comunidad Andina), formada en los años sesenta, hasta hoy, se han creado y modificado decenas de organizaciones regionales con distintos matices e intenciones. ¿Ha servido para algo? Sería injusto decir que no... Pero también sería generoso decir que hemos alcanzado los niveles de eficiencia y optimización de recursos que realmente se espera de un bloque común. Ciertamente necesitamos avanzar. 

Sin embargo, hasta aquí no está claro si ello es posible con las dos visiones tan predominantes y opuestas que se advierten en la región. Por un lado, están los países que promueven el libre mercado y los tratados de libre comercio, como Chile, Perú y Colombia, y por otro, están los países críticos de la forma en como se ejerce el libre comercio convencional, como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay. En el medio está Brasil, país que hasta ahora ha interactuado de indistintamente con todos los bloques económicos de la región. Mención especial merece Venezuela, que con su singular postura ha llenado de barreras la anhelada integración económica regional. O Argentina, cuyos presidentes cada cierto tiempo toman decisiones unilaterales sin medir las consecuencias ni respetar los acuerdos. Y Bolivia, que cada día le pone más fichas a la política nacionalista. 

Pese a ello, el canciller Alfredo Moreno es optimista y sostiene que la integración latinoamericana es perfectamente posible. Sólo requiere de voluntad política, resguardos y ciertamente  garantías. En esta entrevista, el ministro analiza los distintos rasgos que componen las relaciones de los países en Sudamérica. Hace un recorrido por los antecedentes que llevan a que actualmente exista una dicotomía en términos programáticos -y que repercuten a nivel económico- y reflexiona en torno a las posibilidades de una mayor integración regional.

Actualmente, el panorama muestra una región bicéfala en la que predominan dos visiones: una de apertura económica y otra de redistribución con un fuerte carácter proteccionista. ¿Es posible avanzar con esa división tan evidente?
Efectivamente en Latinoamérica hay dos bloques bien marcados, pero eso no significa que no podamos trabajar juntos en cosas que son de beneficio común. Por lo demás así se ha dado en el mundo. Si uno mira lo que pasó en la Unión Europea, desde que se inició hasta hoy día, ve que el progreso de Europa ha sido impresionante. Es cierto que España está complicada, pero era un país completamente distinto al que era en los inicios. El progreso que han tenido España, Italia y el resto de los países de Europa por el hecho de haber juntado sus capacidades y recursos ha sido de enorme beneficio. Eso explica porque hoy ya suman los 27 países dentro del bloque y hay una lista larga que quiere entrar. Se han cometido errores, sin duda, errores que hoy día se están pagando, pero eso no significa que la idea no haya sido positiva. Desde ya ha evitado las guerras y han podido sumar sus capacidades para tener un progreso económico como el que no conoció Europa durante muchísimo tiempo. 

¿Y hay ánimo de integración? ¿O es un anhelo que sólo comparten los países más abiertos?
Hoy día yo veo un fuerte afán de integración. Todos los países, incluido Venezuela, Bolivia, Argentina, queremos mejores caminos, interconectar nuestros sistemas eléctricos, construir redes ferroviarias. Hoy día hay cada vez más conciencia de que tenemos que trabajar juntos. Y no sólo en materias económicas. También hay mucho interés por combatir juntos el narcotráfico, la delincuencia, los conflictos.

Sin embargo, en América Latina hay un problema sintomático, que es la falta de confianza. En el caso de Chile uno podría decir, ¿por qué hacer negocios con Argentina si en el pasado nos cortaron el gas, o por qué hacer negocios con Perú si por otro lado nos demanda en La Haya? 
Dificultades siempre hay. Pero a mí me parece que en estos casos hay que tener altura de miras y pensar más en los beneficios que en las dificultades. Chile no va a poder ser nunca un país desarrollado si no puede compartir recursos con los países de los lados. Cada una de estas cosas que ustedes mencionan, sobre todo los acuerdos con los países que son más "complicados", por decirlo de alguna manera, hay que pensarlas bien. Por lo mismo, hay que tener sistemas de solución de controversias, garantías. Esas son precisamente las cosas que hay que ir resolviendo y para eso sirven estos organismos que hemos ido creando. 

¿Sirven realmente? ¿Se avanza?
¡Pero claro!

¿Qué proyectos de los que se están trabajando hoy día son parte de esos acuerdos?
En interconexión física tenemos proyectos de integración relacionados con caminos, sistemas eléctricos. Hoy día hay varios proyectos de integración en esa línea, tres de los cuales tienen que ver con Chile. La construcción del túnel de Aguas Negras (Región de Coquimbo-Provincia de San Juan), el mejoramiento del  Sistema Cristo Redentor   y la integración ferroviaria entre Antofagasta -Mejillones y Sao Paulo- Río de Janeiro. Por el lado de la interconexión eléctrica, el BID está haciendo los estudios de cómo sería la red que uniría Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia. 

¿Y se puede?
Claro que se puede. Hoy el 20% de la energía de Ecuador proviene de Colombia. Al mismo tiempo se está terminando la interconexión Colombia-Panamá. Centro América ya tiene un sistema común, que une los ocho países centroamericanos.

¿Por qué Centroamérica ha podido y nosotros no?
Las diferencias políticas han sido una de las grandes trabas a la integración. Además, dado nuestros disímiles niveles de desarrollo, durante mucho tiempo nos concentramos en trabajar hacia adentro. Pero eso está cambiando. Hoy día hay cada vez más conciencia entre los países de la región que tenemos que trabajar juntos.

¿Cree que se produzcan cambios en Venezuela ahora que ingresó al Mercosur?
No conozco cuáles son los términos con los que va a ingresar al Mercosur, pero imagino que lo hacen porque va a traer beneficios a ambas partes. Venezuela tiene mucho que aportarle al Mercosur.

El problema es que tiene una institucionalidad que no siempre funciona. Y a eso apuntamos con la pregunta de si va a funcionar la integración en Latinoamérica con presidentes como Hugo Chávez o Cristina Fernández que de la noche a la mañana expropian o Evo Morales que nacionaliza las empresas.
No tengo ninguna duda que va a resultar. Yo les puedo dar un ejemplo. Toda la parte de Venezuela que colinda con Colombia se abastece de gas desde Colombia. Incluso en los momentos en los que hubo el mayor grado de conflicto entre el gobierno de Álvaro Uribe y el presidente Chávez el abastecimiento de gas no se cortó nunca. Colombia con Ecuador: el 20% de la energía de Ecuador proviene de Colombia. Incluso en los momentos de los bombardeos de Raúl Reyes, en ese momento ministro de Defensa del actual presidente Santos, demandado en un tribunal en Ecuador, el suministro de Energía a Ecuador no se cortó. Todos los turistas de Argentina que vienen a pasar a Chile sus veranos pasan por los caminos y esos caminos hay que construirlos y para hacerlo hay que tener integración. 

¿Privilegiar la integración con Latinoamérica es un giro en la política exterior chilena o una complementación, ya que en los últimos años el énfasis había estado puesto en el Asia Pacífico?
El Asia Pacífico es la zona que más está creciendo en el mundo y desde ya cualquier cosa que hagan los países latinoamericanos va a estar apuntado a llegar a esos mercados. Hoy día China es el principal socio comercial, no sólo de Chile sino que de muchos otros países de la región. Chile acaba de hacer un tratado de libre comercio con Vietnam, estamos negociando el de Tailandia. Entonces el Asia Pacífico sigue siendo de gran interés. Pero es un interés que al complementarse con otros países podemos aprovechar mejor. Por ejemplo, la alianza del Pacífico tiene ese objetivo.

¿Entonces no es que haya un cambio del gobierno de privilegiar América Latina?     
Paulatinamente el mundo y nuestro continente ha ido cambiando. Estas son cosas que se van haciendo de a poco. La región latinoamericana ha empezado a entender algo que otros continentes entendieron hace mucho rato que es que el hecho de pensar distinto no quiere decir que no podamos colaborar. Podemos tener distintas opiniones, pero eso no nos vuelve enemigos. Por ejemplo, la primera vez que se encontraron los presidentes Piñera y Chávez dijeron fue "viva la diferencia", incluso el presidente puso un ejemplo: "Si a usted presidente Chávez le dijeran que está haciendo todo lo contrario a lo que está haciendo el presidente Piñera de seguro se sentiría orgulloso. Yo estoy haciendo las cosas de forma totalmente distinta a usted porque pienso distinto a usted". Pero eso no significa que no se pueda colaborar. De hecho, hoy estamos trabajando con Venezuela y Cuba en esta organización Celac para darla a conocer al mundo. Ahora vamos a estar con el canciller de Venezuela y el vicecanciller cubano a India y China para darles a conocer el Celac.    

¿En el caso de Perú cómo lo va a hacer el gobierno chileno para que el tema de La Haya no afecte la integración?
Estamos trabajando bastante bien con el gobierno peruano para que la gente entienda que la relación va mucho más allá de lo que suceda en ese juicio. El resultado está en manos de la corte y una vez que la corte dé su fallo, que es un fallo que hay que cumplir y ambos países están comprometidos a cumplir, la relación con Perú va a seguir, vamos a seguir siendo vecinos y vamos a seguir teniendo una cantidad enorme de intereses comunes. No olvidemos lo que pasó con Argentina. Hace no tanto tiempo estábamos al borde de una guerra y mire hoy la relación que tenemos con Argentina. Tenemos hasta una brigada común para ir en operaciones de paz al exterior de manera conjunta. Los mismo pasa entre Perú y Ecuador que tuvieron una guerra en 1990 donde hubo que definir un territorio, donde hubo muertos y hoy las relaciones entre ambos países son excelentes. De tal manera que si la gente mira con un poco más de largo plazo no debería haber problemas, sin dejar de lado que cada país obviamente pueda defender sus intereses.

¿Les preocupa que el resultado de La Haya se ocupe políticamente dado que se va a conocer durante la campaña presidencial?
Esta ha sido algo que se ha manejado como una política de Estado. Los equipos son los mismos que había en el gobierno anterior, acá participan todos los ex cancilleres, tenemos un consejo de límite marítimo en el que trabajan todos, el presidente Piñera ha tenido múltiples reuniones con todas las fuerzas políticas y en Chile nunca ha habido una opinión distinta respecto a lo que se ha hecho. 

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