Colombia
Más allá de los precios, la industria depende de que se reactive la exploración, que está frenada.
Jueves 23 de Enero de 2014.- Luego de una caída cercana al 28 por ciento en la cotización de los precios internacionales del oro durante el año pasado, la industria aurífera comienza el 2014 con la esperanza de que la recuperación del precio haga viable el aumento de la inversión y la exploración.
Pero si bien, en las tres primeras semanas del año, el arranque en los precios ha resultado mejor que en el mismo periodo del año pasado (aumentó del 2,9 por ciento en la cotización al 21 de enero), volver a niveles de 1.600 o 1.800 dólares por onza no es un escenario previsible.
Por esta razón, el que la industria siga siendo atractiva dependerá de varios factores.
Tras reiterar que el ciclo de precios altos de las materias primas finalizó, el Sector de Minería a Gran Escala (SGME), gremio al que pertenecen las dos firmas más grandes del país, Gran Colombia Gold y Mineros, advierte que los indicadores no permiten que se le sigan poniendo trabas a la actividad.
La presidenta de la agremiación, Claudia Jiménez, advierte que en el mejor de los casos el PIB minero (incluyendo carbón) va a decrecer un 4,7 por ciento en el 2013, caída que podría acentuarse a niveles del 5,3 por ciento.
Según la dirigente gremial, la industria aurífera colombiana, como el resto de la minería, está acostumbrada a los ciclos de precios altos y bajos, pero no a la hostilidad del entorno en el que operan.
Sin que se conozca una expectativa de crecimiento en la producción para este año, debido a estas circunstancias, la mayor preocupación no pasa por el cumplimiento de las metas, ya que en el 2013 se lograrían unas 62 toneladas frente a una meta de 69 toneladas y para el 2014 el objetivo son 72 toneladas.
Para el gremio, el tema más sensible es que se profundice en el estancamiento en la exploración de nuevos recursos mineros, la sangre financiera del sector.
“Este negocio es de inventarios y si se exporta se debe estimular la exploración, porque lo que vaya saliendo por ventas externas debe estar siendo alimentado por una mejor búsqueda de recursos”, indicó.
Actualmente los taladros de minería y petróleo han venido bajando el ritmo y es posible que la contracción en hidrocarburos llegue al mismo nivel de caída de la minería, aunque esta es una industria establecida y los impactos tardan más en notarse.
Lo cierto, según la directiva, es que hoy, la exploración en el país está paralizada y no se ve en el corto plazo la entrada de nuevos proyectos, lo que abre un riesgo real de tener una balanza comercial deficitaria, pues en el corto y mediano plazo podrían no llegar divisas provenientes de las exportaciones del oro y otros minerales.
CUMPLIR LA TAREA
En un entorno con alta competitividad por el suministro de minerales, el sector minero considera que se deben enviar las señales adecuadas para que los inversionistas sigan viniendo, tener mayores incentivos a la inversión y frenar la avalancha legislativa que se ha venido anunciando, cuyos impactos en los proyectos del sector pueden generar inestabilidad en las reglas de juego.
En cuanto al negocio como tal, tanto los grandes como los pequeños mineros de oro han comenzado a cuidar sus costos de producción, lo que incluye una revisión a la nómina.
“No tenemos nada distinto a buscar eficiencias, ojalá no tengamos que licenciar personal y que esa sea la última solución.
La industria no está en este momento en ese plan, aunque las exploradoras de Santander sí, pues en este departamento ya se han perdido más de 1.500 empleos”, señaló.
No obstante, Jiménez señala que si bien se quieren conservar los 35.000 empleos que genera la minería a gran escala, es claro que no se ve en el corto plazo la entrada en operación de nuevos proyectos. “Tenemos los mismos objetivos del año pasado, porque la verdad es que hemos avanzado muy poco”, señaló.
CUOTA PEQUEÑA DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL
Con excepción de las esmeraldas, Colombia no es un gran productor de oro ni de carbón en el contexto internacional, pese al potencial que tiene.
Al cierre del 2012, las 66,2 toneladas de oro que se produjeron representaron una cuota de solo el 2,45 por ciento de la producción mundial del metal precioso, de acuerdo con el estudio “Impacto socioeconómico de la minería en Colombia 2012 – 2013”, realizado por el centro de estudios económicos Fedesarrollo.
Sin embargo, este resultado, que llevó al país a ocupar los lugares 12 y 3 en el mundo y en América Latina, respectivamente, podría verse afectado, ya que si al cierre del 2013 el resultado es de 62 toneladas, implicaría una caída del 6 por ciento en la producción frente al 2012 y un cumplimiento del 89 por ciento de la meta fijada por el Gobierno.
Incluso, los cálculos del Sector de Minería a Gran Escala apuntan a que la producción de oro del 2013 estaría en un rango entre las 59,8 toneladas y las 64,9 toneladas, de las cuales alrededor del 13 por ciento lo aportan las grandes mineras, mientras el resto lo producen las medianas y pequeñas firmas, así como quienes están en la informalidad e ilegalidad.
Pese al complejo panorama para la industria del oro, sus representantes creen que Colombia sigue siendo atractiva para la inversión minera, porque es uno de los pocos países en donde hay oportunidad para nuevos descubrimientos, según el índice de potencial minero del Instituto Fraser, por su política macroeconómica sólida y porque está en proceso de consolidar la institucionalidad minera, principal avance del 2013.