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Chile

Algunas de las opiniones de los especialistas apuntan a que a pesar de que son rentables y más amigables con el medio ambiente que las represas, también son vulnerables ante cambios climáticos, y que existen dudas respecto al caudal ecológico que deben mantener.

Lunes 27 de Enero de 2014.- Según la descripción disponible en el Centro de Energías Renovables (CER), las centrales de pasada son “aquellas que aprovechan la energía cinética de los cauces naturales de agua y utilizan el desvío de una fracción del caudal de un río, con el fin de aprovechar la caída del agua para lograr el movimiento de la turbina. Estas se encuentran conectadas a un generador, el que produce energía eléctrica (…) De acuerdo a la Ley Nº 20.257, una central hidroeléctrica es considerada renovable no convencional, en caso de que su potencia sea menor a 20 MW”.

En cuanto al agua, el CER informa que “se usa de modo no consuntivo”, lo que significa que es devuelta aguas abajo, al cauce de donde se extrajo o a un nuevo cauce.

José Luis Arumí, experto en hidrología y Decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de Universidad de Concepción en Chillán (UdeC), explica que “un punto a favor es que son económicas y de rápida construcción, existe experiencia en ingeniería (diseño y construcción), y generan posibilidad de mejores accesos a zonas de interés turístico. Devuelven las aguas a los cauces, generando una intervención localizada y se puede usar la infraestructura de los canales de riego para construir centrales de paso de bajo impacto ambiental”.

¿En contra? “Son altamente vulnerables a la variabilidad climática, eso quiere decir que en años secos ven reducida su capacidad de generación al mínimo o nula, pueden intervenir brutalmente el río si no se regula la cantidad de agua que se debe dejar pasar por el río y además, existen serias dudas sobre las estimaciones de caudal ecológico, por lo que es necesario realizar más investigación sobre los ecosistemas impactados por este tipo de centrales. Tienen una pequeña capacidad de generación, por lo que para producir una potencia equivalente a, digamos el proyecto Octopus, se deberían construir unas 50 centrales lo que afectaría dramáticamente a los ríos y esteros de precordillera.”

También explica que la construcción de una central y su aducción interviene fuertemente el lecho del río, esto porque la tubería requiere de excavaciones y caminos y pueden afectar bosque nativos.
“Las centrales de paso sacan agua del río y las devuelven varios kilómetros aguas abajo del punto de captación, impidiendo el uso del agua en dicho tramo por las personas, el turismo y el ecosistema. Esto se agrava con la construcción de centrales en cascada”, concluyó el hidrólogo.

Por su parte, Gabriel Merino, experto en mecánización y energía y Vicedecano de la misma Facultad explica que desde el punto de vista económico son muy rentables. “Son proyectos que por lo precios actuales que tiene la energía se pagan en muy poco tiempo en comparación con una represa y el impacto que produce es mucho menor. Tienen tiempo de ejecución de uno o dos años, entonces puedes tener 20 o más MW que entran al sistema en poco tiempo. No producen emisiones y están distribuidas en múltiples puntos, lo que se significa que las pérdidas de energía por transmisión son menores”.

Respecto a los aspectos negativos, señala que “al igual que cualquier central, siempre hay un impacto en el medio. Puede ser un impacto ambiental o visual. En este caso hay veces que producen impactos visuales porque cambian el entorno y en otras, puede impactar también la fauna, dependiendo de donde esté ubicada, porque cuando la máquina saca agua de los ríos a veces hay especies acuáticas que son únicas y uno altera ese sistema”, concluyóla autoridad.

En tanto, para Rodrigo Torres, Seremi de Energía del Maule, Bíobío y La Araucanía, los argumentos a favor son “el bajo impacto ambiental por el tipo de construcción, y que después en la operación no generan emisiones. Es una de las energías más baratas entre todas las tecnologías disponibles. Lo anterior redunda en mejores precios para la comunidad. Es una fuente energética que se considera de base en la matriz eléctrica, es decir, se puede programar exactamente cuánto va a generar por un buen tiempo, sin mayor incertidumbre”.

De acuerdo a la autoridad, lo único que estos proyectos tienen en contra es que tanto el Gobierno como la industria, no han hecho lo suficiente para poder entregar una información apropiada a la comunidad acerca de este tipo de tecnología.

Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram, cree que un aspecto favorable es que las centrales hidroeléctricas de pasada son una forma de generación eléctrica bastante más amigables con el medio ambiente que una central de muro, porque toma el agua y la restituye inmediatamente al mismo cauce. No obstante, también cree que “no se debe tomar más de una cierta cantidad de caudal para que no se afecte un curso de agua. Que no haya un trasvasije de cuencas o de ríos (…) es decir, que yo tome agua en un lugar y lo traslade a otro río o a otro curso de agua. Con eso nosotros no estamos de acuerdo, si no que tiene que ser dentro del mismo curso de agua. A modo de conclusión, Liberona advierte que “no debe haber una sumatoria de centrales de pasada en un mismo curso de agua”.

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