Chile
10 de Diciembre de 2010.- Los 33 mineros rescatados tras permanecer 70 días atrapados a 700 metros de profundidad en el yacimiento San José, en el norte de Chile, siguen en “proceso de adaptación” y están recibiendo orientación sobre su futuro profesional, según dijo hoy André Sougarret, el ingeniero de minas que dirigió la operación.
Sougarret dirigió la operación de salvamento ejecutada por un equipo de técnicos y geólogos que durante 53 días pusieron en marcha tres planes alternativos para llegar hasta el lugar donde se habían refugiado los mineros tras el derrumbe.
Tras casi 24 horas de trabajo ininterrumpido, la operación de rescate concluyó el pasado 13 de octubre con los 33 trabajadores sanos y salvos en la superficie de la mina San José, en pleno desierto de Atacama.
En una entrevista con Efe, celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas en Madrid, Sougarret explicó que los mineros siguen adaptándose a su nueva vida y que están recibiendo asesoramiento sobre lo que hacer a partir de ahora.
El ingeniero informó de que la semana pasada mantuvo un encuentro con ellos, en el que conversaron sobre su futuro.
"Están decidiendo qué hacer con sus vidas. Unos quieren volver a la minería y otros dedicarse a otras actividades paralelas. Nosotros los estamos orientando,” añadió.
Sougarret recordó cómo el 9 de agosto le citaron en el Palacio de la Moneda y cómo su responsabilidad en la operación de rescate fue "progresivamente aumentando; originariamente iba a ayudar y finalmente me di cuenta de que tenía que ponerme al frente.”
Aunque en un principio no sabían qué se iban a encontrar y si los mineros estaban vivos, dijo que a los familiares había que “darles una respuesta, positiva o negativa, pero una respuesta.”
Esos primeros 17 días en los que no sabían si los mineros estaban vivos fueron los momentos que Sougarret recuerda “más difíciles.”
Pero “el peor” fue cuatro días antes de contactar con los mineros. “No logramos contactar con la sonda y se produjo una desesperación importante entre los familiares. Nos insultaron, reinó la desconfianza y se pretendía hacer cosas irreflexivas,” matizó.
"Tuvimos que ser muy fuertes y decir que la mina estaba cerrada,” añadió el ingeniero.
No obstante, también aseguró que muchos familiares se acercaron al equipo de rescate para animarles y que les dieron “fuerza para seguir adelante, a pesar del momento difícil.”
Además, había “mucha incertidumbre y variables técnicas que no controlábamos, como el conocimiento geológico y topográfico en una mina de más de cien años de explotación,” destacó.
Una vez que el 22 de agosto se comunicaron con los mineros, continuó, todo fue “más tranquilo para poder ejecutar el trabajo.”
Otro de los momentos que Sougarret no olvidará, según contó a Efe, fue la salida de los mineros y, sobre todo, “las caras de los niños” al ver a sus padres.
Salvo circunstancias inesperadas, subrayó que siempre tuvieron la seguridad de que el rescate iba a ser un éxito.
Desde el punto de vista profesional, la vida de Sougarret ha cambiado en el sentido de que uno constata que “puede desarrollar cosas que parecen imposibles,” así como el aprendizaje de trabajar en equipo en pro de un objetivo común.
"En lo personal uno toma con mayor profundidad las cosas que decide día a día,” manifestó.
André Sougarret dijo que tuvo la “tentación” de bajar a la mina una vez que concluyó el rescate. “Pero me pareció lógico que, si habíamos peleado tanto por sacar a los mineros durante 70 días, no podíamos convertirlo en un show y teníamos que cerrarla definitivamente,” agregó.
En su opinión, el accidente en la mina de San José ha servido para que la discusión sobre el estado del sector esté más latente en Chile y, principalmente, la necesidad de invertir más en seguridad, sobre todo en la pequeña y mediana minería (LSOL/Efe).
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