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El Ingeniero Civil en Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Gonzalo Arroyo, fue el encargado del diseño y la fabricación de un sistema de propulsión que pudiera mantenerlo oscilando indefinidamente.


20 de Abril de 2012.- Una esfera de acero cromada de 115 kilos, una longitud de 19,5 metros y un periodo de oscilación de 8,7 segundos son algunas de las características del primer Péndulo de Foucault construido íntegramente en Chile, específicamente en Puerto Montt, y unos de los pocos existentes en América del Sur; siendo encargado su diseño y la fabricación del sistema de propulsión que lo mantienen oscilando indefinidamente al Ingeniero Civil en Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Gonzalo Arroyo.

La primera parte en desarrollarse fue el sistema de propulsión electrónico, explicó. “La idea es dar un pequeño impulso al Péndulo para que la oscilación se mantenga a una amplitud constante, a pesar del roce con el aire y de las piezas mecánicas que lo sostienen. Esta parte se desarrolló de forma metódica, logrando en menos de una semana un primer prototipo básico. Para lograr un funcionamiento óptimo se probó una serie de sensores y se diseñaron diferentes versiones de la bobina de actuación (electroimán), antes de lograr el producto final”, explicó.

Sin embargo, al probar el sistema de propulsión y aunque se realizaron diversos ajustes, el péndulo que hoy se encuentra en las nuevas dependencias del Colegio San Francisco Javier, en Puerto Montt, no funcionó del todo bien debido a que el sistema de suspensión no era lo suficientemente bueno y perturbaba la dirección de oscilación. “A raíz de eso, fue necesario rediseñar por completo todas las partes mecánicas, exceptuando la esfera de acero, e incluir nuevos elementos para que no fuera influenciado por la rotación de la Tierra. Esta nueva parte requirió nuevamente un proceso de investigación, diseño y fabricación de piezas”, detalló.

Investigación y pruebas

Lo más complejo de este proceso fue el gran trabajo que significó la cuidadosa fabricación de cada una de las partes mecánicas del sistema de propulsión. “El proceso de diseñarlas comenzaba con un bosquejo en un cuaderno, seguía en el Autocad, a veces lo conversaba con gente de la Universidad y luego buscaba alguna maestranza que estuviera dispuesta a fabricarla. No siempre las piezas quedaban bien, por lo que había que hacerlas nuevamente y las que se usan actualmente en el sistema de suspensión combinan una fabricación precisa con un diseño robusto a pequeñas imperfecciones”.

Otro tema crucial en el funcionamiento fue la correcta ubicación de las piezas. “Dada la lenta dinámica del péndulo, por cada pieza nueva que se probaba se requerían varios días entre ajustes y pruebas para evaluar el funcionamiento. El sistema de suspensión se encuentra a 20 metros del suelo, por lo que había que subir andamios o colgando de un tecle. Esto aumentaba la dificultad del proceso de ajustes, que es de por sí complejo”, agregó.

Cabe destacar que el Péndulo de Foucault construido por Gonzalo Arroyo se encuentra en las nuevas dependencias del Colegio San Francisco Javier en Puerto Montt y constituye uno de los objetos más importantes con los que cuenta el establecimiento. “Es un excelente recurso para comprender que la Tierra es un elemento dinámico en el universo, lo cual resulta increíble, porque bajo nuestros sentidos la Tierra nos parece algo estático”, sostuvo.

UTFSM