Chile
12 de Agosto de 2010.- Desde 1945 los incidentes en minas subterráneas han cobrado la vida centenares de trabajadores. Uno de ellos mató a 354 personas en Sewell. En el mundo, China concentra la mayor cantidad de fallecidos.
El 19 de junio de 1945, se escribió una de las historias negras de la minería chilena. Aquel martes, en el taller de reparación de carros de la mina “Teniente C” se produjeron unos chispazos que provocaron un incendio cuyo humo se tomó rápidamente los túneles del pique enclavado en Sewell, VI Región.
En el lugar trabajaban 1.600 personas, que comenzaron a huir de las garras de la asfixia. Pero no todos lo consiguieron.
Las publicaciones de la época hablaban, en un primer momento, de 40 muertos. La cifra, no obstante, aumentaba a medida que pasaban las horas. El balance final entregado por las autoridades reveló que 354 mineros del campamento murieron y otro número indeterminado resultó con heridas graves y leves.
El hospital local se llenó de víctimas y colapsó, por lo que se derivó hasta una escuela a los afectados, donde se dispuso de camas para su inmediata atención. La noticia enlutó a la Región de O'Higgins... y al país.
Los rescatistas dispuestos por la compañía minera Bradden Cooper trabajaron día y noche durante los cinco días que se extendieron los trabajos, para sacar los cuerpos de los obreros.
El Presidente de la época, Juan Antonio Ríos, se constituyó en el lugar, junto a su ministro de Obras Públicas, Eduardo Frei Montalva. El ex mandatario entregó sus condolencias a las familias de las víctimas.
La Cámara de Diputados creó una “comisión especial” para indagar presuntas responsabilidades políticas en la “catástrofe de Sewell”. Algunos de sus nueve integrantes fueron: Francisco Javier Labbé, Carlos Rosales y Juan Bautista Rossett.
Casi 50 años después, la minería volvía a vestirse de negro. Fue el 30 de septiembre de 1994, cuando una explosión de gas grisú terminó con la vida de 21 obreros. Ocurrió en el pique Arenas Blancas, enclavado a casi un kilómetro bajo el nivel del mar, en la VIII Región.
A sus frentes de arranque del carbón que no tenía más de 60 cms de altura se llegaba por túneles que se extendían por hasta ocho kilómetros. Se extraía el recurso de rodillas.
“Al estar en una mina que tenía 990 metros de profundidad, internarse en galerías y después llegar a los frentes de arranque del carbón hacía sumamente difícil y complicado llevar el aire. Así que no era difícil encontrarse en la mina Schwager con la acumulación de gas, la ventilación era insuficiente en los frentes”, recuerda a La Tercera el minero José Suazo, ex dirigente sindical de Schwager y actual concejal de la Municipalidad de Coronel.
Algunas de las víctimas fatales fueron Carlos Tapia Molina, Danilo Mora, Luis López, Mario Pino y Mario Arroyo.
Agrega que en 1968, por el mismo motivo, una explosión de gas cobró la vida de 12 mineros. En 1944, asegura, también se registro un accidentes de este tipo, sin embargo “no se sabe la cantidad de mineros que fallecieron en el mineral de Schwager”.
Tres años después, Las Cabrías 1 y 2 del pique Arenas Blancas fueron declaradas Monumento Nacional Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Entre ambas tragedias, ocurrió otra historia que enluta a la minería chilena: la explosión de una carga de dinamita inundó un pozo en la mina de carbón Los Castaños, en Curanilahue, Región del Biobío. Ocurrió el 29 de julio de 1989. El agua ahogó a 21 mineros, entre ellos a Jesús Aburto y los hermanos Soto Zenteno, recuerda Jorge Ortiz, dirigente de la Confederación Minera.
Teresa Pérez, presidenta de la Agrupación de Familiares de Víctimas del Carbón (Afavic), recordó que debieron esperar “cinco días y cinco noches” para rescatar el cuerpo de su esposo Carlos Peña Maldonado, jefe del 2 turno.
Por ello, envió palabras de apoyo a las familias de los mineros atrapados en la mina San José, en Copiapó. “No pierdan la esperanza de que puedan estar con vida, fue lo que conservamos hasta último momento. Orar, pedir a Dios. Y ojalá que las diligencias sean más rápidas, he visto que han habido traspiés. Ojalá estén con vida”.
Según datos de Sernageomin, 742 personas fallecieron en 650 accidentes ocurridos en faenas mineras entre 1990 y 2005. De ellos, 212 murieron por la caída de planchones y 54 por acuñar o fortificar los piques.
Hoy, 65 años después los operarios de las máquinas de sondaje que integran el equipo que encabeza Andrés Sougarret batallan contra el tiempo y la lluvia para evitar que los 33 mineros atrapados desde el jueves pasado en la mina San José, sean parte de los peores accidentes de la historia de la minería en Chile.
EN EL MUNDO TAMBIEN
El mayor número de personas muertas por un accidente minero ocurrió en China. Fue en abril de 1942, fecha en que una explosión costó la vida de unas 1.500 que trabajaban el carbón en Honkeiko.
En 2005, dos detonaciones dejaron 385 muertos en Sunjiawan y Dongfeng. Ambos piques carboníferos. El último fue en 2009: una explosión de gas dejó 104 trabajadores muertos.
En India, Kazajistan y Rusia sendas explosiones dejaron unos 200 víctimas fatales.
En marzo de este año de acuerdo a reportes de agencias internacionales, una explosión en una mina de oro en Sierra Leona dejó al menos 200 personas fallecidas (La Tercera).
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