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Chile

Jueves 12 de Junio de 2014.- Reducir los costos marginales de electricidad (valores de venta de energía entre generadoras en el spot ) durante el periodo de gobierno en un 30% en el Sistema Interconectado Central (SIC) es uno de los principales objetivos de la Agenda de Energía del Gobierno. Pero es una meta que en la industria y entre expertos es vista como poco realista.

Esto, a la luz de la escasez de proyectos de energía base de menor costo que permitirían alcanzar ese objetivo en el plazo señalado. En el plan de obras de la Comisión Nacional de Energía (CNE) correspondiente a abril se especifica que existe solo un proyecto a carbón en construcción en el SIC (Guacolda 05 de 152 MW), y otro de GNL (Cordillera 50 MW). El resto corresponde a iniciativas eólicas, solar fotovoltaicas, hidro de pasada y de biomasa.

“No van a bajar los precios con esas obras en construcción”, advierte Sebastián Bernstein, socio de Synex. Y agrega que la meta “es un disparate completo”, porque los costos marginales varían enormemente, dependiendo de las lluvias.

Hugh Rudnick, director de Systep, señala que el Gobierno descansa en que se va a poder traer más gas y que los terminales funcionarían a su máxima capacidad, lo que hoy no ocurre. “No es posible bajar los costos sin incorporar más centrales hidroeléctricas y a carbón”, sostiene.

René Muga, gerente general de Generadores de Chile, afirma que el cumplimiento de esta meta depende de las condiciones hidrológicas, la evolución de los precios de combustibles, y la posibilidad de acceder a un suministro estable y competitivo de GNL que permita usar la capacidad instalada, reemplazando la generación con diésel.

Susana Jiménez, experta de LyD, argumenta que si bien se entiende que el Gobierno quiera sustituir fuentes diésel, “imponerse una meta en términos del costo marginal es un objetivo inapropiado, porque depende demasiado de condiciones hidrológicas que son variables”.

Muga comenta que para responder al crecimiento del consumo eléctrico deben ingresar al año unos 500 MW de energía de base al SIC. La construcción de los proyectos termoeléctricos demora como mínimo tres a cuatro años en su construcción, dependiendo de la tecnología. Y los hidroeléctricos son más demorosos, agrega. “Es muy difícil que un proyecto de energía de base que no haya comenzado a construirse a estas alturas alcance a ser inaugurado durante este período de gobierno”, dice.

Por su parte, Sergio Zapata, experto de Corpresearch, señala que descontando el factor hidrológico, la única forma de bajar los costos es que no operen centrales a diésel. Explica que para ello estas unidades se deben reemplazar con carbón o gas. “No los veo incentivando el carbón y más allá de que lo hagan, si al final todas las iniciativas van a terminar en la Corte Suprema, se puede alargar mucho el tiempo de construcción de proyectos”, finaliza el especialista.

El Mercurio

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