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Chile

Miércoles 30 de Abril de 2014.- La expresión “canario en la mina de carbón” ha sido tomada de la experiencia en la antigua minería del carbón, donde los mineros estaban muy atentos al momento en que el canario dejaba de cantar en su jaula al morir por los gases tóxicos. Obviamente ello significaba que había un escape de gas y que debían abandonar rápidamente el lugar.

La función de “llamado de atención” que el ave proporcionaba a los mineros es en parte la función que los planners y analistas de escenarios desempeñan para organizaciones multinacionales de todo tipo, sobre todo aquellas que han decidido tomar por las astas la función de mirar el futuro con elementos de valor y que aporten al contexto donde deben testear sus diseños estratégicos.

El trabajo de los diseñadores de escenarios (con diseños que piensan en promedio a cinco años, claro que ajustados al tipo de industria podría ser mayor) es mostrarnos cuatro posibilidades de futuro plausible, considerando las opciones y variables que puedan afectar a nuestra industria de modo crítico incorporadas, para que en dichos contextos probemos las posibilidades que tendría la estrategia que hayamos formulado, buscando conectar o reconectar las partes y piezas que hayan superado las pruebas de este verdadero “túnel de viento” con que el diseño del escenario suele ser representado por los autores del área (Wack, 1985).

Estas “historias plausibles”, como las llaman Wilkinson y Ramírez (2010), pueden resultar insights o inputs de gran valor para quienes se proponen trabajar en diseños o formulaciones estratégicas: es conocimiento de tipo anticipatorio que trata el futuro como a una ficción plausible, lo que se condice con nuestra idea de estrategia como modelo (Garrido, 2013).

Es cierto que los mapas de sets de contextos que los escenarios nos ofrecen son señales que permiten modificar el camino antes de que nos lleve por un mal desvío o incluso por el desfiladero, o bien pueden ser indicios para mejorar el desempeño que nuestra actual ruta estratégica ha escogido (y por tanto comporta un sentido positivo). En ambos casos, ya sea que las señales nos muestren indicios positivos o negativos, lo que nos obliga un ejercicio de este tipo es a incomodarnos para desanclarnos de nuestros pensamientos tradicionales (cuestión que ya hemos comentado antes en estas columnas) y para una real reflexión estratégica de valor y a desafiar a las posibilidades (para pensar incluso en lo impensable).

Por estos días nos encontramos compartiendo con un importante grupo de profesionales en Oxford y el tema de trabajo de formación ha sido el que tratamos en esta columna, pero no obstante hay representantes de compañías de todo el mundo que vienen a formarse con los aportes y experiencias que podemos aportar desde los equipos académicos participantes, la realidad es que las organizaciones más avanzadas muestran un diseño y análisis de escenarios que les permite ir por delante en los desafíos potenciales del futuro. Las otras prefieren no hacerlo y por ello han decidido hipotecar su futuro.

Así como hace más de dos siglos los antiguos mineros nos enseñaban cómo usar aves como instrumentos de prevención de muertes humanas, hoy contamos con instrumentos que nos previenen de los riesgos potenciales y plausibles con los que nos podemos topar: las metodologías de planificación de escenarios. Es que en los tiempos que corren los verdaderos canarios deben vivir en nuestras mentes, es allí donde se juega nuestra supervivencia y, por cierto, el de nuestras compañías. 

Pulso / Opinión

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