Argentina
Para cumplir con el plan de generación es necesario incorporar centrales hidroeléctricas y nuevas instalaciones Ernc, así como infraestructura de transporte y distribución que conduzca la energía hacia los centros de consumo.
Lunes 15 de Junio de 2015.- Argentina necesita un plan energético estratégico integral que tome en cuenta las obligaciones legales asumidas, entre ellas la que tiene que ver con la participación en un 8% de las fuentes renovables no convencionales en el consumo eléctrico a más tardar a fines del 2016, dijo el vicepresidente segundo del Instituto Argentino de la Energía (IAE), Gerardo Rabinovich.
Para cumplir con esa meta hacía el 2025, deberían instalarse 3.300 megawatts (Mw) eólicos y casi 800 Mw fotovoltaicos, lo que implicaría desarrollar un programa mucho más agresivo que el vigente, estimó en una revista con la revistapetroquímica.com.
“Si la demanda de energía creciera a un ritmo de un 4% anual en los próximos 10 años, también habría que incorporar centrales hidroeléctricas por 3.300 Mw, de las cuales algunas han sido decididas (como las del río Santa Cruz), mientras que otras, están en procesos avanzados (como Chihuidos, en Neuquén) y otras, en distintos grados de desarrollo de factibilidad (como la binacional Garabí o algunos aprovechamientos en Cuyo)”, dijo Rabinovich, quien es consultor independiente y asesor energético del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La energía nuclear, por su parte, deberá aportar al menos 2.400 Mw, con dos reactores nuevos, cuya factibilidad deberá ser demostrada en el marco de los acuerdos con la República Popular China y Rusia.
“Pero incluso con este conjunto de proyectos será necesario instalar casi 4.500 Mw que consuman combustibles fósiles en pos de satisfacer la demanda planteada para 2025”, estimó.
Invertir en infraestructura
Esa oferta de generación debe ir acompañada por una infraestructura de transporte y distribución que permita conducir la energía producida hacia los centros de consumo.
“Esto implicaría casi 12.000 nuevos kilómetros de líneas de extra-alta y alta tensión, además de la expansión de los sistemas de distribución en media y baja tensión para llevar la energía eléctrica a los hogares y plantas industriales”, precisó.
El experto consideró que incorporar tal infraestructura significará una inversión de más de USD 5.000 millones anuales durante los próximos 10 años.
Además sostuvo que será necesario reconstruir el mercado eléctrico, actualmente intervenido por el Gobierno, y obtener recursos que atraigan al capital privado para complementar y liderar el camino del crecimiento.
“Para aquellas obras que el sector privado no quiera o no esté en condiciones de realizar (como nuevas centrales nucleares o grandes emprendimientos hidroeléctricos) y el Estado deba llevar adelante, la Argentina tiene larga experiencia en la constitución de fondos específicos que pagan los consumidores una vez que los proyectos han sido ejecutados y entran en servicio.
Estos fondos han sido una buena garantía para que los organismos de crédito multilaterales respalden las iniciativas, liderando el financiamiento de largo plazo y bajo costo, y permitiendo reducir el precio final de la energía producida”, destacó.