Daños en sus motores y el riesgo que esto conlleva, fueron los argumentos planteados por las autoridades aeroportuarias europeas para cerrar el espacio aéreo, generando millonarias pérdidas y una interrogante sobre el real impacto de estos fenómenos en l
26 de Mayo de 2011.- Medio millar de vuelos cancelados, cierre de espacios aéreos y miles de pasajeros sin poder volar son algunas de las consecuencias de la nube de cenizas emitidas por la erupción del volcán Grimsvötn, en Islandia.
Y si bien las medidas adoptadas por los organismos europeos competentes no han sido tan drásticas como las tomadas durante 2010 por la erupción del Eyjafjallajoekull, cuando se debió cancelar más de 28 mil vuelos y cerrar el espacio aéreo en gran parte de Europa, las consecuencias que pueden sufrir las aeronaves producto de las cenizas son bastante graves.
Al respecto, Osvaldo Bahamondes, investigador del Centro de Aplicaciones Aeroespaciales (CAA) de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) explica que “hay que dejar claro que los desastrosos efectos de las partículas emitidas por los volcanes en las aeronaves no son solo una teoría; de hecho hay casos como el de un 747 de British Airways que volaba de Londres a Melbourne, donde la aeronave, durante un vuelo nocturno, llegó a perder sus 4 motores por el daño ocasionado por estas cenizas, salvándose solo gracias a la habilidad del piloto al mando”.
“Las partículas emitidas por un volcán pueden producir varios efectos en un avión, por ejemplo, si la concentración llega a niveles altos puede bajar considerablemente la circulación de oxígeno hacia el motor, lo cual impide su paso para entregar la propulsión necesaria para volar. Asimismo, la ceniza dentro de la cámara de combustión se funde, impidiendo el normal funcionamiento de los eyectores de combustible. Además, la condición abrasiva de la ceniza volcánica, puede desgastar algunos componentes de los motores, produciendo daños que impidan su marcha”, añade.
Realidad nacional
De los cerca de 2.900 volcanes presentes en Chile, son ochenta los que según expertos registran actividad, abarcando el 15% de todos los volcanes activos del mundo. Según especialistas, se estima probable que del total de 80 volcanes activos, 42 pueden entrar en erupción en el futuro inmediato.
Estos datos hacen preveer que en Chile no sería extraño encontrarse con problemas similares a los vividos las últimas semanas en Europa, es por esto que instituciones como la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), toman medidas para minimizar los peligros asociados al presentarse este y otros tipos de fenómenos.
“En Chile se cuenta con planes de contingencia por parte de la DGAC, los que posibilitan cerrar el espacio aéreo en torno al área de peligro, desviando rutas para resguardar la seguridad e integridad de las aeronaves”, detalla Bahamondes, añadiendo además que “la industria aeronáutica es una de las pocas que exigen que los sistemas de sus medios de transportes sean redundantes, vale decir que los sistemas vitales a lo menos estén repetidos una vez, además, cuando se detecta una anomalía en algún tipo de avión o en alguna zona del espacio aéreo, se emiten rápidamente los boletines advirtiendo del peligro o lisa y llanamente se prohíbe el vuelo”, finalizó el investigador.
Universidad Técnica Federíco Santa María