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Evelyn Alfaro, jefa de carrera de Técnico Universitario en Medio Ambiente de la Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Viña del Mar, entrega su opinión sobre la nueva institucionalidad ambiental y habla sobre las problemáticas que afectan al pro


23 de Mayo de 2011.- Luego de la aprobación ambiental de HidroAysén, que considera la construcción de 5 represas en los ríos Baker y Pascua y una inversión cercana de a los 3 mil doscientos millones de dólares, han surgido  voces a favor y en contra de la iniciativa. Los primeros, piensan que este mega proyecto traerá una larga lista de beneficios comprometidos com electricidad a mitad de su valor actual; construcción y mejoramiento de carreteras; habilitación de un centro médico en Cochrane, el mejoramiento de escuelas básicas y becas de estudios para los habitantes de la zona, entre otras muchas “ofertas”. Los segundos, en cambio, apelan al impacto ambiental y la destrucción de la  biodiversidad y áreas silvestres de la Patagonia. 

  Sin duda, estas dos visiones han puesto en el tapete el tema ambiental, y por ende, aparecen los  cuestionamientos a  la institución encargada de  velar por el cumplimiento de las normativas  vigentes. 

  Aunque el tema es complejo, no hay que olvidar que el proceso de calificación ambiental de  HidroAysén  se inició  en el año 2008 con la institucionalidad ambiental antigua, por lo tanto, fue la CONAMA regional, quien recibió los antecedentes y los procesó durante casi dos años. Sin embargo, en este período fue aprobada la ley 20.417, que creó el Ministerio de Medio Ambiente y elServicio de Evaluación Ambiental (SEA),que comenzó a  funcionar el 1° de octubre del 2010, trayendo consigo, una serie de problemáticas.

  Al respecto, la jefa de la carrera de Técnico en Medio Ambiente, de la Universidad Técnica Federico Santa María Sede Viña del Mar, Evelyn Alfaro,  señala que todo este tránsito, entre una institucionalidad y otra“ha estado marcado por la cobertura mediática, la presión de la ciudadanía, la inexperiencia propia de una nueva forma de evaluar proyectos, entre otros factores que han contribuido a la situación que hoy vivimos”.

  En todo caso, la docente piensa que esta nueva institucionalidad, permitirá ordenar la problemática medioambiental, ya que “incorpora nuevas instituciones, cada una con atribuciones y funciones independientes:Ministerio del Medio Ambiente, Servicio de Evaluación Ambientaly Superintendencia del Medio Ambiente. Además, agrega que se “crearán losTribunales Ambientalesy elServicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.  

Qué pasa con HidroAysén 

 
  Sin duda HidroAysén es una batalla que recién comienza, pues lo único claro hasta el momento, es que este mega proyecto energético tendrá  una potencia instalada de 2.750 MW y una capacidad de generación de 18.430 GWh de energía al año, lo cual  aumentará en 20 % la actual demanda del Sistema Interconectado Central (SIC). Además, requerirá una línea de transmisión de más de 2.200 km desde Patagonia a Santiago, pasando por parques nacionales, tierras privadas, públicas y vírgenes.

Para  la experta, la mayoría de los proyectos energéticos tienen sus principales reparos en la evaluación de impacto ambiental y por ende, HidroAysén, no es la excepción.

“La evaluación de impacto ambiental, en términos generales, es un instrumento que busca predecir las consecuencias que tendrá en el entorno un proyecto. Para ello, se obtiene información del estado actual del medio ambiente y se pronostica qué ocurriría con sus componentes si el proyecto se ejecuta, esto es, cuáles serán los impactos. Naturalmente, siempre existirán impactos, pero lo que interesa determinar con precisión son aquellos que exceden lo tolerable (impactos ambientales significativos) a fin de determinar medidas que hagan compatible el proyecto con los estándares ambientales vigentes”. Por lo cual, este proyecto tiene ciertos impactos significativos para la comunidad com los efectos demográficos, las fluctuaciones de caudales y  la biodiversidad del sector”, sentencia Alfaro.

USM

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