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Ante la posibilidad que se extienda el horario de verano, el Director del Magíster de Economía Energética de la Universidad Santa María, Alejandro Sáez, explica el real efecto de la medida que podría adoptar el ejecutivo en los próximos días.


24 de Febrero de 2011.- Para nadie es un misterio que el país vive una complicada situación energética, la cual se ha visto agravada por la sequía que afecta a gran parte de la zona central del país y al aumento considerable en el uso de la energía eléctrica, tanto a nivel doméstico como industrial. Ante este panorama, el Gobierno a través del Biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, ha salido al paso de esta coyuntura, anunciando diversas iniciativas que pretenden ganar la batalla contra el temido racionamiento eléctrico.

En este sentido, uno de los últimos anuncios realizado por la autoridad, dicen relación con la posibilidad de extender el horario de verano, medida que además de traducirse en días más cortos y en una menor utilización de la luz natural, reaviva el debate en torno a sus reales alcances en cuanto al ahorro energético se refiere.

En este sentido, en nuestro país, aún no existen datos certeros que indiquen que el adelantar la hora en verano supone una importante baja en el consumo energético. Alejandro Sáez, Director del Magíster de Economía Energética de la Universidad Técnica Federico Santa María, piensa que esta medida no tendrá un real impacto en el consumo eléctrico, pero hace hincapié en la importancia que puede tener el consumo en las horas de mayor demanda.

Según explica el también académico del Departamento de Ingeniería Mecánica, “no es lo mismo el ahorro de 1 kw/h en la tarde, donde la energía es más cara porque existe una mayor demanda y el sistema eléctrico está más exigido, que el mismo kw/h en la mañana, donde hay un excedente de energía”.

El experto agrega que además de las medidas adoptadas en el corto plazo, se hace imperioso que el Gobierno planifique acciones a futuro. “Nuestro país no ha desarrollado acciones en el largo plazo, siempre dependemos de las lluvias del invierno, lo cual nos hace muy dependientes de los recursos hídricos”.

Además, el académico aclara que Chile es un país con energía eléctrica de base hidráulica (Sistema Interconectado Central), y el aprovechamiento de la luz solar se traduce en ahorro o embalse de agua para el período de invierno, lo que hace necesario tecnificar buena parte de los ríos. “De hecho, en varios países existen centrales hidráulicas de pasada que utilizan el agua embalsada en el río como fuente energética y de regulación de los cursos de agua mediante esclusas que permiten administrar el agua con doble fin, regar y generar electricidad”, detalla.

“Claramente existe un beneficio energético, pero éste tiene también un costo en la vida de las personas. Ahora, si este ahorro para las empresas eléctricas se hace notar en un menor costo en las tarifas para los usuarios y se comparten los beneficios, todos ganamos”, concluye.


Tomando medidas

La crisis energética no sólo es un tema que preocupa a las autoridades del país. Una serie de instituciones, públicas y privadas están realizando una serie de esfuerzos que permitan un ahorro energético real. En este sentido, la Universidad Técnica Federico Santa María a través de su Dirección Central de Servicios Computacionales,  ha estado optimizando el consumo de energía en los computadores del plantel, lo cual ha permitido, ahorrar cerca de un 15% del gasto total. Así lo señala Johan Derks, jefe del Área Soporte y Laboratorios.

“Lo que se está haciendo, es modificar las configuraciones de los computadores, los cuales vienen por defecto en la parte de administración de energía. Esto implica, que si el computador no está siendo utilizado, éste se empieza a deshabilitar, permitiendo así, ahorrar energía. Además,  se están aplicando configuraciones para desactivar las pantallas, los discos duros y automáticamente, entrar a modo de invernación cuando el computador no se esté utilizando durante determinados minutos”, agrega.

El experto señala que hoy en día existe una preocupación real de los fabricantes de equipos computacionales de optimizar el uso de energía. “Esto se ve reflejado cuando uno cambia un monitor CRT a una tecnología LCD,  implica un ahorro importante en el consumo total”.

Por último, el profesional indica que a cualquier computador que se le administre las configuraciones de energía, puede lograr automáticamente un ahorro de un 15%. Sí a eso se le agregan otras acciones por parte del usuario,  como por ejemplo, apagar el computador de manera manual o pasarlo a modo de suspensión, cuando no se utilizara por un período prolongado de tiempo, como ocurre en horario de almuerzo, se puede llegar hasta un 25% de ahorro”, finaliza.

UTFSM

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