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Chile

15 de Septiembre de 2010.- Hoy existen cerca de veinte bancos en Chile, distintas entidades de inversión y administración de fondos e innumerables medios de pago como tarjetas de crédito, cheques, efectivo y operaciones electrónicas que tan sólo con hacer doble click le permiten a las personas realizar transacciones de dinero. Realidad casi impensable en el siglo XVI, cuando la única forma de pago en la Colonia era el oro en polvo que se pesaba en una balanza.

Este método evolucionó a monedas de oro y plata que eran acuñadas en Perú y que más tarde fueron fabricadas por la Casa de Moneda de Santiago, fundada el 1 de octubre de 1743. Estas monedas fueron las onzas de oro y los reales de plata que llevaban el busto del Rey en el anverso y la inscripción Hispan­Et Ind­Rex (rey de España y de las Indias) en el reverso.

Con la llegada de la independencia, en 1818, el sistema monetario se mantuvo prácticamente igual aunque se cambiaron las imágenes de las antiguas monedas por paisajes chilenos y frases relativas a la nueva etapa republicana.

El primer gran cambio se produjo en 1835 cuando el presidente José Joaquín Prieto introdujo los centavos fabricados con cobre.

El primer banco

Paralelamente, surgían las primeras iniciativas privadas para crear un banco. Tras varias propuestas, que nunca llegaron a concretarse, en julio de 1849 el Ministerio de Hacienda autorizó a Antonio Arcos para establecer el Banco de Chile de Arcos y Cía. La entidad recibía depósitos a la vista y a plazo, daba créditos a tres y seis meses, descontaba valores y su principal actividad era la emisión de billetes.

Pero el banco no duró más que un año ya que el entonces presidente, Manuel Bulnes, decidió cerrarlo por no confiar en sus billetes ni en su dueño. En la siguiente década se crearon y cerraron un par de bancos hasta que en 1860 se dictó la Ley sobre Bancos de Emisión. Desde entonces aparecieron numerosas entidades en Santiago y regiones, entre ellos el Banco de Chile que fue fundado en 1893.

Al mismo tiempo se masificaba el uso de papel moneda en la población urbana, que desde fines de la década de 1870 y hasta 1925 fue emitido principalmente por el Estado.

Se reestructura el sistema financiero

En 1925 se produjo uno de los cambios más importantes, hasta entonces, para el sistema financiero. Durante el gobierno de Arturo Alessandri se decretó el 21 de agosto la creación del Banco Central que, desde ese momento y hasta el día de hoy, es el encargado exclusivo de la emisión de billetes y monedas.

Además, se reestructuró el sistema financiero y monetario chileno. Se promulgó la Ley General de Bancos y la Ley Orgánica del Presupuesto, y se creó la Superintendencia de Bancos. También se estableció el patrón oro como base de la unidad monetaria del país, lo que dejó de regir a mediados de 1932 debido a la disminución de reservas que generó la Gran Depresión.

La proliferación de las entidades bancarias continuó en las décadas siguientes. En 1937 nació el Banco de Crédito e Inversiones, ligado a la familia Yarur. Varios años después, el gobierno de Carlos Ibañez del Campo decidió fusionar la Caja Nacional de Ahorros, la de Crédito Agrario, de Crédito Hipotecario y el Instituto de Crédito Industrial para fundar en 1953 el Banco del Estado, hoy BancoEstado.

También hubo cambios monetarios. El peso fue reemplazado por el escudo en 1960, es decir, durante el gobierno de Jorge Alessandri. Cada escudo equivalía a 1.000 pesos y sería, en teoría, igual a US$ 1.

El objetivo de la medida era manejar mejor la inflación. Sin embargo, en 1975 se optó por volver al peso.

La liberalización

Pocos años después la apertura de la economía local de la mano de los Chicago Boys tomó fuerza, lo que quedó plasmado en el mercado financiero con la liberalización de las tasas de interés, se eliminaron los controles al crédito y se privatizó gran parte del sector bancario. En ese período (1981), además, se puso en marcha la reforma previsional que creó a las AFP y que dio origen también a las Isapres.

Pero este proceso no fue acompañado de un marco de regulación y supervisión apropiado, lo cual fue un determinante clave para desencadenar la crisis financiera de 1982­1983, que llevó al gobierno a intervenir la banca en 1983. Tres años más tarde se modificó, además, la Ley de Bancos para reducir el peligro de un nuevo colapso en el sector. Paralelamente, en la década de los "80, se masificaba el uso de tarjetas de crédito que introdujo Bancard a Chile.

A partir del año 1986 el sistema financiero comienza un período de liberalización y profundización: se autoriza la inversión de los Fondos de Capitales Extranjeros (FICE), se promulgó una nueva Ley de Bancos en 1997, que entre otras cosas autoriza la internacionalización de la banca; se desreguló la industria de fondos mutuos y seguros y se adoptaron estándares internacionales en materia de supervisión. A mediados de la década de los "90, se amplían las posibilidades de inversión de las AFP.

A fines de esa década, a su vez, nació el primer banco ligado a una tienda de retail, Banco Falabella que con los años fue seguido por sus competidores con Banco Ripley y Banco París permitiendo a gente que hasta ese momento estaba fuera de la banca entrar a ella.

Y, en este contexto de reformas, el Banco Central decidió en 1999 eliminar la banda cambiaria y optar por un tipo de cambio flotante, que es el que existe hasta hoy. Desde entonces, además, la profundiad del mercado cambiario creció con fuerza. Mientras en 2000 se transaron US$ 77 mil millones en todo el año, en 2009 la cifra total llegó a los US$ 225 mil millones.

En la última década, Chile ha seguido avanzando en profundizar su sistema financiero. En 2001 se promulgó la Ley de OPA, orientada principalmente a mejorar la protección de los accionistas minoritarios, y se implementaron tres Reforma al Mercado de Capitales, que entregó incentivos tributarios al ahorro, desreguló la industria de fondos mutuos y de seguros y autorizó los multifondos de pensiones, entre otras medidas.

En estos diez años, además, la tecnología ha sido una de las protagonistas. La entrada de las transacciones electrónicas ha vuelto más expeditas las operaciones y los negocios. Además de la posibilidad de realizar pagos en líneas y transacciones en los sitios web de los bancos, los sistemas del mercado también se modernizaron incorporando plataformas que permiten realizar más operaciones y de mayor monto.

Y, por estos días, los temas que están sobre la mesa apuntan a mejorar la supervisión y transparencia tanto en la banca con el Sernac Financiero como en el mercado de capitales a través de nuevas normativas por parte de la SVS. Todo en un sistema financiero que sigue expandiéndose (DF).

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