Internacional
8 de Septiembre de 2010.- Salió humo blanco ayer en Australia y a las compañías mineras les cayó un balde de agua fría. Empresas como BHP Billiton y Rio Tinto se preparan para un alza en los impuestos que pagan en ese país, luego de que la candidata del partido Laborista, Julia Gillard, ganara el apoyo que necesitaba para formar un gobierno de minoría, después de la elección más cerrada en 70 años.
La primera ministra Gillard logró el respaldo de dos legisladores independientes, Rob Oakeshott y Tony Windsor, pavimentando el camino para formar gobierno.
BHP, Rio y otros productores de mineral de hierro y cobre pagarán 10.500 millones de dólares australianos (US$ 9.600 millones) más en impuestos en los primeros dos años de vigencia del tributo de 30% propuesto por Gillard.
Se mantiene la incertidumbre
"En esta etapa, sólo incluye carbón y mineral de hierro, pero quién sabe si el alcance o la tasa cambian", dijo a Bloomberg el administrador de fondos de Constellation Capital Management, Peter Chilton. El tema de un posible incremento en la tasa de impuesto pone "un poco más de duda" en el sector minero, agregó.
Las acciones de BHP y Rio cayeron luego de que se conociera que Gillard continuará al mando del gobierno australiano. Los títulos de BHP retrocedieron 1,8% en la bolsa de Londres.
La propuesta de imponer un "super impuesto" de 40% a las ganancias de las empresas mineras le costó el cargo al ex primer ministro Kevin Rudd. Al asumir en su reemplazo, Gillard se comprometió a bajar el impuesto a 30% (DF).
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