Chile
Trabajadores atrapados se dividieron en tres grupos para así evitar roces.
1 de Septiembre de 2010.- En la superficie y bajo tierra se están preparando para tiempos complejos en el campamento "Los 33", como los mismos mineros atrapados bautizaron su ubicación. Ya pasó la sorpresa y la emoción inicial por haberlos encontrado con vida, los equipos de apoyo estabilizaron su situación médica y se está mejorando su nutrición (anoche cenaron marraqueta con palta y para hoy se espera comida caliente). Ayer la máquina Strata 950, que comenzó después de 27 días las labores de rescate, había alcanzado los 15 metros de perforación inicial y se esperaba que durante la noche, con la instalación del elemento direccionador del martillo, continuara perforando a mayor velocidad, con una tasa que podría llegar, incluso, a los 20 metros por día.
También se han establecido flujos continuos de cartas entre los mineros y los familiares. En ese escenario, la preocupación es otra: las crisis producto de una convivencia prolongada más de lo normal, extrema y a la fuerza. Por ello, el gobierno está implementando un plan especial para evitar que se produzcan situaciones de conflicto entre los trabajadores.
Este plan incluye la designación de tres de los trabajadores para que informen apenas se produzca cualquier situación crítica.
Los tres grupos
Una de las primeras situaciones críticas que debieron enfrentar los trabajadores fue decidir a quién obedecerían, ya que pertenecen al menos a tres empresas distintas. Según el jefe del equipo de sicólogos de las faenas, Alberto Iturra, esto se resolvió con el liderazgo del jefe de turno de la mina, Luis Urzúa.
Pero no ha sido la única situación compleja. Cercanos a las operaciones de rescate explican que no todos los mineros atrapados tienen una relación cercana ni afinidad, ya que algunos apenas se conocían. Incluso, en las primeras cartas a sus familiares, algunos decían que no "querían hablar con nadie ni que nadie que no conocían les hablara".
Por iniciativa propia, determinaron separarse en tres grupos, los cuales cumplen turnos de trabajo de ocho horas, conviven y hasta duermen en zonas distintas. Estos últimos fueron bautizados como grupo Refugio, Rampa y 105 (por el nivel donde se encuentran). Sus respectivos líderes son Omar Reygada, Carlos Barrios y Raúl Bustos.
El operario mecánico José Ojeda, quien escribió el primer mensaje cuando los encontraron en la mina San José, es uno de los 11 miembros del equipo Rampa. En una de sus cartas envió un mapa y explicó que "este grupo es pura paz, trabajamos todos a una y nos damos ánimo unos con otros, siempre viendo cómo está el ánimo a cada rato".
Iturra explicó que "todo grupo tiene etapas de crecimiento y las enfrenta a través de crisis, donde se comparten opiniones y, a veces, hay divergencias". Añade que ellos están pasando por fenómenos de "acercamiento y rechazo y progresión de estados de ánimo".
Una de las preocupaciones que han expresado los trabajadores hacia el exterioron eventuales problemas familiares, por lo cual se les ha recomendado a las familias no comentarles sobre los conflictos que existen en la superficie (La Tercera).
Portal Minero