Chile
18 de Octubre de 2010.- La imagen del minero chileno Florencio Ávalos saliendo de la mina donde permaneció atrapado durante 69 días dio la vuelta al mundo. El caso, cargado de drama y suspenso, cautivó el interés del público internacional.
Pero el atractivo de la historia no estaba sólo en el morbo. El tema de fondo detrás del caso; la precariedad de las faenas extractivas como la minería, es un asunto relevante en todo el mundo, que complica a las autoridades y genera polémicas entre empresarios y trabajadores desde Estados Unidos hasta China.
En Chile, el presidente Sebastián Piñera estableció una comisión que entregará un informe preliminar sobre la seguridad laboral el 22 de noviembre.
Condiciones inseguras
Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la minería emplea a cerca de 1% de la fuerza laboral global, pero genera 8% de los accidentes fatales. A eso se suman los miles de trabajadores que mueren todos los días en sectores como la construcción, el transporte y la agricultura.
El caso de los 33 mineros chilenos atrapados en Chile, fue seguido con especial atención en países mineros, como China, Australia, Canadá y Sudáfrica.
En China, un país con una alta tasa de accidentes laborales con resultado de muerte, las autoridades iniciaron una dura campaña para cerrar los piques ilegales de carbón (ver recuadro).
El país asiático, responsable de un 40% de la producción mundial de carbón, es escenario de un 80% de las muertes en accidentes mineros que se producen cada año en el mundo. Según cifras oficiales, por cada US$ 1.500 millones de PIB mueren 21 personas en accidentes laborales.
La urgencia de las autoridades por mejorar las condiciones de trabajo se han traspasado también a otros sectores. En agosto el viceprimer ministro, Zhang Dejiang, llamó a las compañías estatales a mejorar las condiciones de seguridad, aplicando nueva tecnología y equipamiento.
Entre enero y septiembre, los accidentes cayeron 5,8% frente al mismo período del año anterior, informó la semana pasada el director de la Oficina Estatal de Seguridad Laboral, Luo Lin.
En Sudáfrica, que cuenta con una industria reconocida por sus mayores estándares de seguridad, Senzeni Zokwana, uno de los representantes del Sindicato Nacional de Mineros, advirtió recientemente a Reuters, sin embargo, que el país necesita mejores leyes en esta materia.
No sólo los emergentes
Los accidentes laborales no sólo afectan a los países en desarrollo. Un accidente minero en West Virginia, Estados Unidos, mató en abril a 29 personas y la Oficina de Seguridad y Salud Ocupacional, del Departamento de Trabajo, multó a WalMart hace poco por la muerte de un empleado debido a una estampida de clientes durante una liquidación del Día de Acción de Gracias de 2008. Imperial Sugar, en tanto, llegó a un acuerdo con la misma oficina por US$ 6,05 millones para evitar el pago de multas relacionadas con problemas de seguridad laboral.
Según cifras oficiales, el año pasado se produjo la cifra más baja de accidentes con consecuencias fatales en Estados Unidos, pero eso no se explica necesariamente por mejoras en la regulación, sino que en gran medida responde a la situación económica, ya que las horas totales trabajadas se redujeron 6% y algunas de las industrias más riesgosas, como la construcción, fueron las que experimentaron las mayores caídas en puestos de empleo y jornadas laborales.
La mayor economía mundial ha logrado reducir las muertes en la minería de carbón desde 47 en 2006 a 18 en 2009, pero hay industrias que continúan con problemas. Entre abril y mayo, por ejemplo, se produjeron 19 fallecimientos en el sector petrolero.
"La misma actitud relajada hacia el riesgo y la voluntad de colocar el costo antes de la seguridad que provocaron el desastre de Deepwater Horizon (en el Golfo de México, donde murieron once personas y se transformó en el mayor derrame de la historia de EE.UU.) existe en toda la industria petrolera", denunció el vicepresidente del sindicato que reúne a los empleados del sector, Gary Beevers, en un comunicado reproducido por Bloomberg.
Algunos grupos de empresarios no se han mostrado dispuestos a aumentar la seguridad. Un proyecto de ley para aumentar las penas civiles y criminales de las compañías mineras, impulsado después del accidente de West Virginia, ha encontrado la resistencia de dos grupos de lobby de la industria. Los empresarios del sector argumentan que la nueva regulación provocará un alza en los costos, aumentará los litigios y de hecho entorpecerá las mejoras en seguridad.
Falta de regulación
Uno de los problemas que se comparten entre países emergentes y desarrollados es la falta de supervisión de las reglas de seguridad.
Este año, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos realizó una investigación para analizar el trabajo de los 25 estados que poseen programas de seguridad propios, y fue especialmente crítico con California, al que apuntó por el bajo entrenamiento de sus inspectores y los atrasos en responder las denuncias, y con Hawaii, que sería absorbido por la administración federal (DF).
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