Chile
26 de Octubre de 2010.- Una señal clara del gobierno, fue la enviada por el ministro de Energía, Ricardo Raineri, a través de dos medios de comunicación, en los que manifestó abiertamente su posición frente al desarrollo de los cuestionados proyectos energéticos Hidroaysén y Castilla.
Desde La Moneda nadie salió a cuestionar la acción del titular de Eenrgía, con lo que quedó demostrado que el actuar de Raineri respecto a los grandes proyectos eléctricos cuenta con el absoluto respaldo del Ejecutivo.
Fuentes ligadas al sector energético aseguran que la arremetida del secretario de Estado obedece a una estrategia iniciada por el gobierno luego de lo sucedido con el proyecto de Suez Energy, Barrancones, debido a que se envió una confusa señal a los inversionistas.
Dentro de este plan que busca potenciar el tema energía dentro de la agenda del presidente Piñera, es que se han impulsado las reuniones con grandes actores a nivel mundial en la materia, punto que quedó demostrado la semana recién pasada con los encuentros que sostuvo con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y su presencia, hoy, en la inauguración de las centrales hidroeléctricas La Higuera y Confluencia de Tinguiririca Energía.
Por su parte, Raineri, al se consultado por el tema enfatizó que "nunca hemos hablado de un espaldarazo fuerte del gobierno" a los mencionados proyectos y agregó que "apoyamos todos los proyectos que cumplan con las exigencias ambientales que están en la ley".
Reacciones
Las respuestas a lo planteado por Raineri no se hicieron esperar, en el mundo político y, sobre todo, entre ambientalistas.
El presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, justificó la postura de Raineri, y precisó que le parece correcto que desde su cargo "haga ver la necesidad de que Chile se prepare para duplicar su capacidad productiva".
En tanto, el senador Hernán Larraín, comentó que "el gobierno debe impulsar con mucha fuerza las políticas energéticas, pero los proyectos específicos tienen que ser aprobados por las instancias correspondientes y ambos proyectos están en ese proceso y, por lo tanto, hay que dejar que las instituciones funcionen".
El senador Patricio Walker sostuvo a través de la red social Twitter que "los ministros deben respetar la institucionalidad ambiental y no deben pronunciarse a priori sobre los proyectos".
Por el mismo medio, el ex parlamentario, Antonio Leal, planteó que "es insólito e ilegal que el ministro la apoye", refiriéndose a la central Castilla.
Considerando el caso particular del proyecto Castilla, el abogado ambiental y académico de la Universidad Andrés Bello, Jorge Luis Varela, sostuvo que "es equívoco y confunde mucho al inversionista tener una postura para rechazar una planta como Barrancones y justificar políticamente la existencia de otra, como Castilla. Hay una inconsistencia política al prohibir una planta, que en su tamaño, es un tercio o un cuarto de lo que es Castilla. La contaminación, ineficientemente controlada, es igualmente dañina para el país".
Por su parte, la directora del Programa Chile Sustentable, Sara Larraín, dijo que el hecho de que el ministro de Energía manifieste su opinión respecto a proyectos en particular, "echa por el suelo cualquier diversificación en serio de la matriz energética en cuanto a las fuentes, pero también echa por el suelo una mayor diversificación de los actores y por lo tanto, que el país avance hacia una estabilidad, hacia una seguridad energética".
El socio de la consultora Synex, Renato Agurto, dijo que iniciativas como las centrales Pangue y Ralco, también recibieron el apoyo de las autoridades de la época, "lo cual no significó que los proyectos se hubieran saltado las etapas de aprobación" (DF).
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