Chile
Uno de los elegidos tiene experiencia en Irak y otro en alta mar, todos son voluntarios.
6 de Octubre de 2010.- Sometidos a un régimen de entrenamiento especial, los tres enfermeros de la Armada seleccionados para descender hasta el estómago de la mina San José el día del rescate, trotaron ayer durante la madrugada por los alrededores del yacimiento que tiene a todo el país expectante.
Los tres voluntarios seleccionados por su destacado currículo arribaron el lunes , y son, como comentan en el gobierno, "piezas clave" de una operación que no puede tener fisuras.
La primera noción de que quienes participaran directamente en el rescate debían ser marinos surgió en la cabeza del ministro de Salud, Jaime Mañalich, en el vuelo que lo llevó a la mina el día posterior al hallazgo de los mineros. Atrás quedaban los intentos fallidos de "atacar" la chimenea, llevados a cabo durante las horas que siguieron al accidente por bomberos, miembros del Gope de Carabineros y rescatistas mineros de yacimientos vecinos. Esta vez no podía haber errores.
"Pensé en qué situación podía asemejarse al aislamiento en que estarían los mineros. Llamé a algunas universidades, pero todas trabajaban sobre situaciones muy específicas. Necesitábamos una visión más holística", relata Mañalich. Fue entonces que un submarino y una estación espacial vinieron a su cabeza. Ese mismo día contactó a la Agencia Nacional del Espacio (Nasa) y a la Armada. Su interlocutor en la Marina fue el comandante en jefe de la Armada, almirante Edmundo González Robles, quien le pidió algunos días para buscar el personal más adecuado.
La respuesta llegó hace 10 días. Hasta el minuto, el designado para bajar primero, después del minero que constatará el estado de la excavación, es el sargento 2° Roberto Ríos Seguel, de 34 años, casado y con tres hijos. Buzo de combate, con experiencia en escape de lugares confinados, postula actualmente a oficial de la Armada.
Fuentes de la institución lo definen como un tipo con "carrete" en técnicas de rescate en zonas hostiles y en simulación de combate. También es experto en medicina militar y con un acabado entrenamiento en manejo médico de víctimas de trauma y en medicina expedicionaria.
El segundo escogido es el cabo 1° Patricio Roblero Abarca, de 36 años, con un hijo. También experto en medicina de combate y rescate en zonas hostiles, cuenta en su historial con dos llamativas misiones como enfermero de combate en Irak, los años 2006 y 2008. Con 17 años de experiencia como infante de marina, 15 como buzo comando y 10 como enfermero especialista, Roblero ostenta, asimismo, un título de especialista en medicina de sumersión e hiperbárica.
Por último, el sargento 2° Cristián Bugueño Olivares, de 37 años, casado y sin hijos, es un enfermero naval con 15 años de experiencia en rescate prehospitalario urbano y encargado sanitario de la barcaza "Rancagua" de la Armada, en la cual ha debido hacerse cargo de la salud de hasta 90 personas en altamar.
Su aislamiento es completo. Tienen prohibido hablar con la prensa y deben estar preparados para bajar apenas se les dé la orden. Una vez en las profundidades, harán turnos de ocho horas, hasta que el último de los 33 mineros escape del encierro.
"Los tres rescatistas seleccionados por la Armada de Chile para apoyar el rescate desde la mina están altamente capacitados, no sólo desde el punto de vista médico, cuyas competencias saltan a la vista, sino que desde el punto de vista militar poseen el carácter, la experiencia y un profundo compromiso e interés de contribuir a la causa", dicen en la Armada (La Tercera).
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