Chile
Codelco se suma -aunque con más restricciones laborales y políticas- a la reestructuración del sector.
Jueves 28 de Febrero de 2013.- Independientemente del avance que muestran en el país sectores como los alimentos o el turismo, la industria del cobre sigue jugando un rol (excesivamente) crítico en la economía chilena. De hecho, una parte no menor del crecimiento del PIB de los últimos años se explica por los altos precios del metal rojo.
En lo que concierne al nivel de producción de cobre el 2012, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en su Informe de Tendencias del Mercado del Cobre, señaló que éste llegó a 5,43 millones de toneladas, un aumento de 3,2% con respecto el 2011. Este último año tuvo una relativamente baja producción, la menor desde 2003, por lo que no era una base muy exigente de comparación. Esto llevó a que Chile alcanzara una participación en el mercado mundial de cobre de 32,7%, seguido por China, con un 8,4%, y de Perú, con un 7,8%.
El señalado informe de Cochilco consigna que el denominado cash-cost de Chile ha seguido -como también ha ocurrido en gran parte del mundo- aumentando, para llegar a los US$1,59 por libra, por encima del promedio mundial de US$1,49 por libra. Este indicador, que mide el costo real en caja de producir cobre, es liderado por Perú, con un cash cost de US$0,88 por libra, mientras que en el otro extremo se ubica Canadá, con un cash cost por libra de US$1,91.
En términos del precio del metal rojo, de acuerdo a Cochilco éste promedió US$3,61 en 2012, y la institución proyectó una leve caída en el valor promedio a US$3,57 el 2013 y una mayor disminución, a US$3,32, para el 2014.
¿Qué está detrás de la sistemática alza de costos en Chile? El aumento de la demanda por insumos, mano de obra, escasez de agua y energía, a lo cual se agrega el importante factor de la baja en la ley del mineral dado el envejecimiento de los mayores yacimientos del país, ya que el 2002 el promedio de la ley de cobre era de 1,13%, mientras que el 2011 fue un 0,84%.
En cuanto a la estatal Codelco, su producción fue de 1,65 millones de toneladas de cobre fino (tmf) el 2012, lo que implicó una caída de 5,1% en relación al 2011, lo cual se explica fundamentalmente por las menores leyes de mineral, que en el caso de Chuquicamata implicó un retroceso de 16,2% y en El Salvador una caída de 6,2%.
En este contexto, siguen preocupando los altos costos de la estatal. En septiembre pasado la empresa llegó a un inédito nivel de costo neto a cátodo corporativo (C3) -que contempla todos los gastos de la empresa, tanto administrativos como operacion- de US$2,23 por libra, un incremento de 30% en relación a los costos de 2011, y un aumento de 156% respecto a los costos del 2007, de acuerdo a datos del Centro de Minería UC.
Dado lo anterior, me parece justo y necesario el plan de la cuprera estatal para bajar costos sobre los US$200 millones, mediante la disminución de gastos en viajes y asesorías y la reestructuración de la Casa Matriz, con la salida de más de 100 personas desde la oficina central, gran parte de ellos ejecutivos y supervisores. Esto está en línea con lo que otras grandes compañías del rubro han estado ejecutando, a fin de contar con una estructura más plana y liviana.
A lo anterior hay que sumar el plan de retiro de 2.151 trabajadores de Chuquicamata durante cuatro años, que representan el 40% de su dotación, y que sería el mayor plan de reducción de dotación de Chuquicamata en dos décadas, pero que tiene elementos de voluntariedad, por lo que no es clara a priori la magnitud final de éste.
En definitiva, en un escenario de precios del cobre manteniéndose o a la baja y de costos crecientes lo único que queda es mejorar la competitividad de las empresas del rubro, en donde por cierto Codelco -que por rigideces laborales y políticas tiene más restricciones que compañías privadas- no puede ser la excepción...
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