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Chile

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Viernes 28 de Septiembre de 2012.- El mercurio, compuesto altamente tóxico y que se libera en procesos de la minería de oro y cobre, puede ser removido de aguas y suelos contaminados mediante biorremediación a partir de una bacteria desarrollada por expertos del plantel.

Una actividad económica que se consolida como la principal del país y la contaminación de suelos y aguas a partir de la liberación del elemento más tóxico de la tabla periódica. Son los antecedentes de un desarrollo científico producido por científicos chilenos de la Universidad Santa María.

“Chile tiene una actividad minera muy importante en cobre y oro, cuyos procesos liberan mercurio. Y dado que esta actividad en parte se sobrepone con la actividad agrícola en muchas regiones del país, se da que esos suelos han sido contaminados por emisiones de mercurio”, señala el Dr. Michael Seeger, Director del Centro de Nanotecnología y Biología de Sistemas de la Universidad Santa María.

Por su parte, el Dr. Luis Rojas, investigador del Centro de Nanotecnología y Biología de Sistemas de la Universidad Santa María, explica que el mercurio es un elemento muy tóxico. Además, “no cumple una función biológica y en el ser humano afecta órganos esenciales, pudiendo provocar daño neurológico y renal. Por lo tanto, es necesario eliminarlo”.

El concepto de remediación tiene una manera tradicional de realizarse: se produce a través de procesos físico-químicos, como por ejemplo, la extracción de metales pesados a partir de resinas de intercambio iónico o utilización de ácidos para lixiviar, entre otras.

Rojas agrega que el concepto de biorremediación nace como respuesta a la búsqueda de “una solución mucho más sustentable con el medio ambiente y que no es tan destructiva. Se utilizan microrganismos como organismos biocatalizadores para bioeliminar o remover metales pesados”.

El investigador explica que “nosotros le incorporamos a la bacteria modelo Cupriavidus metallidurans CH34, un plásmido natural que tiene un complejo conjunto de genes de mercurio que le otorgan resistencia a compuestos inorgánicos y orgánicos de mercurio, por lo tanto le da una resistencia que se conoce como de alto espectro”.

Es precisamente la incorporación de este plásmido la que ha permitido probar esta bacteria en aguas, suelos y sedimentos, comprobándose que es un microrganismo eficiente en la remoción de mercurio en todas estas matrices ambientales mencionadas.

El proceso se realiza en biorreactores, en los que se agregan las bacterias, y que poseen una trampa en la cual se captura el mercurio que se volatiliza en este proceso. “Hemos podido determinar que al tener aguas contaminadas con mercurio al cabo de unas pocas horas la remoción es prácticamente completa”, afirma el Dr. Michael Seeger.

Esta bacteria incorpora los compuestos órganomercuriales, separa la parte metálica de la parte orgánica y reduce el mercurio +2. Si bien el mercurio 0 es volátil a temperatura ambiente “al ser atrapado en la trampa del biorreactor se recupera para que no se pierda en el ambiente y las aguas o los suelos queden libres del metal pesado”, enfatiza Seeger.

Para ambos investigadores, el impacto final de esta tecnología es “convertir a la minería en una actividad sustentable y más amigable con el medio ambiente. Si bien es más económico no contaminar que solucionar, ante la necesidad de enfrentar la problemática esta técnica es económica y eficiente por lo que podría cambiar el concepto de la remoción de metales pesados”, asegura Rojas.

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