Internacional
El cobre pasó gran parte del período comprendido entre 2005 y 2012 en niveles que al menos duplicaban el costo marginal de producción, según Deutsche Bank, lo que refleja persistentes déficits de oferta. La cantidad de días de consumo cubiertos por las existencias de cobre cayó de más de 60 días en 2003 a menos de 20 en 2008.
Jueves 27 de Junio de 2013.- El mundo del cobre se está desmoronando. Su precio ha caído 16% en lo que va de este año y se encuentra un 34% por debajo del máximo histórico de cierre que registró en febrero de 2011.
Este no es simplemente un caso de desaceleración del crecimiento económico. Las fuerzas globales que impulsaron el asombroso aumento del metal en la última década están cambiando. El súper ciclo del metal rojo está empezando su etapa descendente.
El incremento del cobre reflejó una oferta plana que se enfrentaba a una demanda en alza, principalmente desde China. Cuando eso ocurre, los precios suben a un nivel en el que la demanda se destruye para equilibrar el mercado. Esto contrasta con un mercado más estable en donde los precios usualmente están más cerca del costo marginal de la oferta.
El cobre pasó gran parte del período comprendido entre 2005 y 2012 en niveles que al menos duplicaban el costo marginal de producción, según Deutsche Bank, lo que refleja persistentes déficits de oferta. La cantidad de días de consumo cubiertos por las existencias de cobre cayó de más de 60 días en 2003 a menos de 20 en 2008.
Ahora la relación de inventarios a consumo ha vuelto a subir para ubicarse cerca de 50. Del lado de la demanda, el intento de China por alejarse del crecimiento económico para basarse más en un vertiginoso ritmo de construcción -con buena razón, como demuestra la reciente crisis crediticia del país- hará que el crecimiento del consumo de cobre se estabilice.
Y hay más cobre disponible. Entre los años 2005 y 2012, interrupciones en la producción, como huelgas, quitaron el equivalente a entre 5% y 8% de la oferta minera mundial del mercado, según Macquarie. Sin embargo, en lo que va de este año, las interrupciones equivalen a cerca de 2%. Más aún, un aumento previo de la inversión generado por los mayores precios del cobre está comenzando a dar frutos.
Deutsche Bank y Macquarie esperan que la oferta de cobre entre 2013 y 2015 supere la demanda en un promedio cercano a las 500.000 toneladas métricas al año, por sobre el superávit de 2009, cuando el precio promedio cayó 26%.
La prima del cobre sobre el costo marginal de la oferta ya ha caído a 35%, estima Macquarie. De todos modos, eso es todavía mucho más alto que la prima del zinc de 5%. En tanto, el níquel y el aluminio se negocian con descuento, lo que refleja el exceso de oferta.
Un contrapunto alcista es que la inflación en el precio de la mano de obra y el equipamiento continuará elevando el costo marginal de la oferta, contrarrestando cualquier caída en la prima del cobre.
No obstante, Deutsche Bank destaca que una contribución "significativa" a esto ha sido la caída del dólar -moneda en que se cotiza el cobre- frente a otras divisas de importantes países productores como Chile y Australia, donde los costos se incorporan en moneda local. De hecho, en una perspectiva a uno, tres y cinco años, los movimientos del precio del cobre han mostrado una mayor correlación con el dólar que otros metales industriales, incluso el oro.
En el mediano plazo, mejores perspectivas económicas en Estados Unidos y señales de que la política extraordinariamente relajada de ese país está llegando a su fin deberían dar soporte a un dólar más fuerte. Ello tenderá a limitar los costos marginales del cobre en términos de dólar y por ende los precios, en especial a medida que los menores precios de los bienes básicos tenderán de todos modos a debilitar las monedas de los países productores.
Aún más presión se podría ejercer si los productores de cobre comienzan a realizar cobertura de manera más agresiva mediante la venta de producción futura. Si ven que el mundo está cambiando, casi con certeza lo harán (apoyo agencias).