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Chile

Miércoles 14 de Mayo de 2014.- Tras las críticas generadas por el movimiento Alerta Isla Riesco, que mostró su preocupación por la intención de Mina Invierno de comenzar a operar con tronaduras para la explotación de carbón en la isla, la empresa respondió que el actual método de extracción del mineral no será modificado, aclarando que la intención es utilizar este mecanismo, de manera exclusiva, en la remoción de material estéril.

La empresa asegura que la experiencia mundial y local en la utilización de las tronaduras le permite utilizar sin riesgos esta forma de trabajo en faenas mineras. “Hay un uso habitual de las tronaduras en la minería y, tal como lo indicó José Luis Riffo (director regional del Servicio de Evaluación Ambiental), existe también experiencia en la región. Pecket ha tronado el material por muchos años y -él mismo lo dice- estando Pecket en línea recta a 30 kilómetros, nunca nos hemos dado cuenta de una tronadura”, expuso Patricio Alvarado Naranjo, gerente de Sustentabilidad y Gestión de Mina Invierno.

“Alerta Riesco dice que nosotros estamos cambiando nuestro método de extracción, pero no lo estamos cambiando, el nuestro seguirá siendo de extracción mecánica, con el mismo tipo de pala y de camión, en eso no hay ninguna modificación. Lo que estamos cambiando es exclusivamente la extracción de material estéril. Aquí no vamos a tronar carbón en ningún caso”, agregó.

Según reiteró, la idea no tendería a cambiar el método de extracción de carbón, sino a introducir una nueva forma de remoción de material (arenisca y otros sedimentos) a través de la llamada tronadura de fragmentación con el objetivo de acelerar los procesos y acceder a zonas de difícil acceso para las palas convencionales.

Esta necesidad responde a la composición de ciertas áreas del terreno donde actualmente trabaja la minera, dando cuenta de que el 40% del volumen total del yacimiento tiene características especiales de mayor dureza y sedimentación: “Efectivamente, en la declaración de impacto ambiental dijimos que no íbamos a usar este método, pero, con dos años de operación, nos dimos cuenta que hay zonas donde no hemos logrado el máximo rendimiento del equipo, entonces, se toma una decisión de tipo técnica, porque nos interesa tener una empresa que sea capaz de lograr los rendimientos que definimos inicialmente. Hay ciertos materiales un poco más duros y lo que se hará es ayudar a la pala en el proceso de extracción, de manera de generar esta tronadura para fragmentar el sedimento”.


Forma de operación

El objetivo de la empresa es tronar, en promedio, 100 mil metros cúbicos (m3) de material, con una frecuencia de entre 10 a 12 veces por mes durante el resto de la vida útil del proyecto de extracción carbonífera, lo que implicará el desarrollo de este tipo de procesos, al menos, tres veces por semana, una vez aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental (Sea).

De acuerdo a la minera, los trabajos se inician con una perforación del terreno a 8 metros de profundidad, tras lo cual se extrae el material contenido en el lugar. Posterior a eso se realiza el carguío de los ingredientes que formarán el anfo (explosivo formado por 94 de nitrato de amonio y 6% de diésel) que elabora un camión especial, el que luego es impulsado por éste a través de un tubo y manguera que depositan la mezcla directamente en la perforación.

Posteriormente, se vuelve a rellenar el agujero, correspondiente a cerca de un 1,0 metro a 1,5 metros de material, que se compacta, dentro de lo cual se coloca el detonador en contacto con el explosivo. Esto se realiza en distintos puntos del terreno para conformar una especie de malla con el cable que forma el detonador, llevándose un extremo a 500 metros del lugar para ser activado con un chispero.


Posibles impactos

Tal como explicó el director del Sea, entre los factores críticos que es necesario mitigar a raíz de este proceso, están las vibraciones y el ruido generados por la explosión, impactos que fueron previamente analizados por la empresa en ambos extremos más lejanos del rajo, con el fin de entregar pruebas matemáticas al servicio evaluador.

Estos datos, según la empresa, descartarían un mayor impacto, tanto a los habitantes de las estancias más cercanas como a la fauna presente en la isla, por lo que, a juicio de la compañía, no sería necesario un nuevo estudio de impacto ambiental: “Desde nuestro punto de vista, y con los estudios hechos, no requerimos ingresar nuevamente al sistema de evaluación ambiental a través de un estudio o declaración, porque no hay mayores impactos, eso desde nuestra opinión, pero quien debe resolver, es el Sea”, aclara Alvarado.

Aun así, en el marco de este proceso, la compañía está proponiendo al servicio la realización de una prueba a escala real, vale decir, realizar una tronadura de 100 mil m3 de material en la mina con el fin de realizar las mediciones pertinentes y descartar otros impactos. La decisión hoy está siendo analizada por la instancia correspondiente.

Laprensaaustral.cl

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