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Viernes 07 de Julio de 2017.- La compañía tecnológica Tesla instalará en el sur de Australia la batería de litio más grande del mundo, en un proyecto conjunto con la empresa de energías renovables Neoen, informó hoy el gobierno regional de Australia Meridional.
El montaje, que se ubicará en un parque eólico todavía en construcción, estará concluido antes de final de año, informa el canal ABC. La batería, que tendrá una capacidad de almacenaje de 100 megavatios, funcionará en todo momento para proporcionar estabilidad al sistema de producción de energía renovable y, en caso de emergencia, proveerá al suministro eléctrico.
"Se puede cargar la batería cuando hay exceso de energía y el coste de producción es menor y, entonces, descargar cuando el coste de producción es algo. Esto disminuye el coste medio para el cliente final", señaló Elon Musk, director de Tesla, en una rueda de prensa en Adelaida, capital del citado estado australiano. Musk precisó que la futura batería de Tesla en Australia triplicará la capacidad de la actual pila más grande, que cifró en 30 megavatios.
"Es una mejora fundamental en la eficiencia de la red" eléctrica, comentó Musk al advertir de la existencia de "ciertos riesgos" sobre el montaje. El gobierno de Australia Meridional anunció en marzo una partida de 500 millones de AUD (USD 379 M) destinada a un plan energético, donde se incluye la construcción de una planta de gas y la instalación de la batería.
No obstante, los detalles del acuerdo entre Tesla y las autoridades australianas no han sido reveladas. El primer ministro del estado, Jay Weatherill, declaró que la medida podrá a la región a la vanguardia de la tecnología mundial de almacenamiento de energía.
"(La batería) transformará completamente la manera de almacenar energía renovable y estabilizará la red de Australia Meridional, además de bajar los precios (...) esto abre nuevas oportunidades para las renovables en este estado, la nación y todo el mundo", dijo Weatherill.
Australia Meridional sufrió un gran apagón en septiembre de 2016, durante el verano austral, debido a una ola de calor que azotó la región y disparó la demanda de energía por encima de los niveles de producción.
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