Chile
A nivel general, en la minería la utilización de robots reduce 30% de los costos, además de proteger a trabajadores.
Lunes 29 de Julio de 2013.- A nivel mundial, existen alrededor de un millón de robots industriales, que principalmente se utilizan en la industria automotriz, y otros cinco millones de robots móviles. En Chile, donde la robótica se desarrolla en los ámbitos académico, industrial y educacional, la cifra disminuye drásticamente a entre 50 y 100 robots móviles e industriales, de acuerdo con estimaciones de Javier Ruz del Solar, académico de la Universidad de Chile.
Según Ruz del Solar, las áreas productivas en donde la robótica tiene mayor potencial de impacto y desarrollo en nuestro país son la minera, agrícola y forestal. De hecho, en la gran minería ya existen vehículos autónomos, cargadores frontales y robots teleoperados cuyos beneficios varían desde una mayor eficiencia en la faena a una producción más segura para los trabajadores. Carlos Carmona, gerente general de Mining Industry Solutions (MIRS), empresa que desarrolla e implementa productos y sistemas robotizados para la minería, calcula en 30% la reducción de costos en este sector productivo gracias a la utilización de robots.
En la Universidad Técnica Federico Santa María existe hace más de una década el Centro de Robótica, que ha desarrollado interesantes prototipos: Zbot, un robot cuadrúpedo capaz de trepar por ventanales de edi?cios que, además de limpiarlos, puede interactuar con sus usuarios de forma simple y sencilla; y Rover, que basándose en el desarrollo de plataformas móviles, puede desplazarse en lugares riesgosos para el ser humano, satisfaciendo la necesidad de seguridad y telepresencia por medio de un mini-computador con WiFi y cámara web.
Patricio Navarrete, director del centro y estudiante de ingeniería civil electrónica, sostiene que en los últimos años el sector industrial se está abriendo a la integración y uso de plataformas robóticas a través de requerimientos al sector académico para el desarrollo de robots “como solución a una necesidad puntual”.
Agricultura de precisión?
La versatilidad de la robótica es quizás su mejor atributo, puesto que posibilita su uso en diversos sectores. En la agricultura, dice Ruz del Solar, su desarrollo sería una buena respuesta para los problemas de escasez de mano de obra que enfrenta el rubro, además de minimizar o neutralizar los efectos nocivos del uso de pesticidas en humanos.
Navarrete especifica que en el agro, las innovaciones pasan por “el desarrollo de robots móviles, que destacan por su capacidad de desplazarse por distintos terrenos debido a las características hostiles de estos ambientes”.
Los primeros pasos ya se están dando en Chile: la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura están financiando una plataforma robótica, “Crops”, a cargo del INIA Quilamapu y centros de investigación de universidades europeas, que será capaz de aplicar spray sólo en el follaje y los objetivos seleccionados, además de evaluar de forma selectiva la madurez de la fruta para su cosecha mecanizada. El proyecto, que se inició en noviembre de 2010, terminará el próximo año.
?En la educación?
El desarrollo de la robótica en el país no sólo beneficia a los sectores productivos sino también al aprendizaje del conocimiento científico y al desarrollo de habilidades blandas de alumnos de enseñanza básica y media que participan en competencias de robótica, cuyo objetivo es incentivar el desarrollo de pequeños robots con funciones específicas que superen desafíos temáticos.
Hace ya algunos años que se vienen desarrollando estas competencias, impulsadas por los centros de extensión de algunas universidades y por entidades como la Fundación Mustakis, institución que junto a Inacap e IBM está abriendo cupos a colegios para que participen en “tecnotalleres” que serán cursos prácticos de robótica, de un día de duración, en Temuco, Valparaíso y Santiago.
Otro tipo de iniciativas, como el startup HackerHand, pretende masificar la robótica en los colegios. Sergio Seguel, fundador y gerente general del emprendimiento, afirma que el objetivo principal es distribuir y masificar la disciplina en colegios subvencionados y municipales a través de un kit tecnológico con el que los alumnos pueden desarrollar una mano robótica. El precio de este kit, según Seguel, no debiera superar los $ 80 mil.
DF