Chile
Miércoles 14 de Mayo de 2014.- Chile apuesta a mediano plazo al gas natural para cambiar su matriz energética, aumentar el abastecimiento y poder bajar tarifas.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, inauguró este miércoles en Mejillones (norte) el tanque de almacenamiento de una segunda terminal de regasificación, operada por GDF Suez y la cuprífera estatal Codelco.
La planta alimentará la voraz demanda energética de las mineras, principales consumidoras de energía en Chile, el mayor productor de cobre del mundo.
Se trata del tanque de gas más grande de Latinoamérica. Hasta ahora la central funcionaba con un barco atracado en el muelle para almacenar temporalmente el combustible.
"Sabemos lo importante que es contar con energía sostenible y a buen precio para el desarrollo de la economía de nuestro país", afirmó Bachelet en el acto de inauguración.
El jueves, el gobierno de Bachelet anunciará su agenda energética.
El ministro de Energía, Máximo Pacheco, apuntó que el objetivo del gobierno es aumentar en el mediano plazo las compras de gas para reducir el peso del diésel, más contaminante y caro, en la generación de energía.
Chile no tiene gas y sus vecinos no le venden. El país ha encontrado la solución en el gas licuado, que llega en barco desde hace unos cinco años.
El gas natural licuado (GNL, líquido) ocupa un volumen 600 veces menor que el carburante en estado gaseoso. La regasificadora permite, precisamente, devolverlo a su estado original.
"El gas natural no es la solución definitiva pero es una buena salida de transición en el mediano plazo para Chile", dijo a la AFP el analista Raúl Sohr, autor del libro "Así no podemos seguir", sobre energía.
El gobierno pretende además bajar los precios del gas. "No es aceptable que el precio del gas en Chile esté en niveles como los de hoy", entre los más altos del mundo, dijo el ministro ante la comisión de Energía del Congreso.
"Vamos a controlar más a los amigos distribuidores del gas que compran a USD 9,5 por BTU (Unidad Térmica Británica) y venden a USD 30", agregó.
Pacheco señaló que el gobierno también busca "romper el monopolio" de las dos terminales de regasificación y aumentar su capacidad.
En 1995 Chile apostó al gas para diversificar fuentes de energía, por una confianza ciega en el gas argentino, de precios muy accesibles entonces. Pero en 2004 comenzaron las restricciones de Argentina, que priorizó abastecer su mercado interno, y se desencadenó la traumática "crisis del gas".
Otro de sus vecinos, Bolivia -que posee grandes reservas del carburante- no le vende a Chile, país con el cual está enfrenteado por una salida al mar que perdió en una guerra a fines del siglo XIX.
Chile importa el 70% de sus insumos energéticos. Hasta ahora, ha comprado GNL principalmente a Trinidad y Tobago y también a Indonesia. Pero el gobierno quiere ampliar posibilidades y hacerlas viables a corto plazo.
Bachelet tiene previsto viajar en junio a Estados Unidos y en su agenda figura la negociación de compra de gas de esquisto, explicó Pacheco a los parlamentarios.
Chile mira con expectativa la construcción de un gasoducto en Perú hasta el puerto de Ilo (muy cerca de la ciudad chilena de Arica) y no descarta volver a comprar en algún momento a Argentina o intentarlo con Bolivia.
Para la opción peruana, según Sohr, "hay todavía un largo camino a recorrer", mientras que Argentina "como abastecedor estable es difícil, no por problemas políticos, simplemente por su realidad de consumo interno", que provoca altos y bajos en los excedentes disponibles.
"Es parte de una estrategia negociadora, en sentido de decir 'no dependemos de nadie en particular y tenemos un cóctel interesante ante nosotros", señala Sohr, para quien Chile debe buscar "el máximo de autonomía energética posible", por posibles crisis internacionales que compliquen el suministro.
AFP