Marcos Sepúlveda, Procobre
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Todos los 21 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro energético. El objetivo es concientizar a la sociedad acerca del uso de la electricidad, sobre todo al hacer un uso adecuado de los recursos energéticos sin comprometer la calidad de vida de las futuras generaciones, preocupándose por la preservación de la vida en el planeta.
El mundo moderno se caracteriza por el gran desarrollo industrial y tecnológico. Gran parte de la energía que utilizamos diariamente (electricidad, el gas, etcétera), se origina por procesos que generan contaminación al ambiente y consumo de recursos naturales. Los grandes avances en las telecomunicaciones, así como la producción de artefactos y utensilios domésticos de alta tecnología, funcionan gracias a la energía eléctrica, que se obtiene tanto de la fuerza hidráulica (hidroeléctrica) como del petróleo (termoeléctrica).
La naturaleza provee las principales fuentes de energía que mueve nuestro mundo, pero en la medida que su explotación cada vez es más progresiva implica un agotamiento de ellas, es necesario darles un uso racional y en correspondencia con las necesidades sociales y también ambientales. Por lo tanto, es preciso crear conciencia en la población tanto de los beneficios que nos da la energía eléctrica así como de sus límites, que pueden sorprendernos en la medida en que hagamos mal uso de sus propiedades técnicas.
El cobre, un material sostenible en el tiempo
El cobre, siendo una materia prima 100% reciclable, permite ser reutilizado todas las veces que se desee sin perder ninguna de sus propiedades.
Cuando los productos de cobre llegan al final de su vida útil, el metal sigue manteniendo íntegras sus propiedades físico-químicas y puede por lo tanto ser totalmente reciclado para convertirse otra vez en una nueva materia prima, contribuyendo de este modo a preservar los recursos naturales mundiales. Se estima que aproximadamente un 80% del cobre explotado a lo largo de la historia está todavía hoy en uso, después de haber sido refundido y transformado en diversas ocasiones.
Un estudio realizado por la International Copper Study Group (ICSG) sobre el consumo del cobre en Europa en 2012 reveló que el continente reutilizó alrededor de 2,1 millones de toneladas del metal provenientes de aparatos electrónicos y residuos reciclados en plantas. Gracias a ello se logra un importante ahorro de energía ya que el proceso de elaboración de cobre, a partir de material recuperado, requiere un 85% menos de energía que el cobre que se produce por primera vez.
A nivel mundial, el reciclaje del cobre entrega un ahorro considerable de recursos y de emisiones de CO2 a la atmósfera: para la obtención del metal rojo reciclado se requiere un 85% menos de energía eléctrica (100 millones de MWh) que para su producción por primera vez y además se evita la emisión de 40 millones de toneladas anuales de CO2 a la atmósfera.
El cobre está presente donde quiera que miremos, constituye una parte fundamental de todo lo que nos rodea. Sus propiedades hacen que sea el material ideal para trabajar en el desarrollo de cuatro áreas fundamentales para la vida humana: energía sustentable; tecnología; salud y medio ambiente.
En Chile hay varias medidas que se están tomando para concientizar a la ciudadanía con respecto al ahorro de energía. Uno de ellos es el proyecto “Tecnologías innovadoras para mejorar la eficiencia energética en el sector de la fruta fresca en Chile”, desarrollado por la Fundación del Desarrollo Frutícola, que tiene por objetivo entregar un nuevo sistema de abastecimiento energético fotovoltaico (FV) en modalidad de autoconsumo a los productores agrícolas del país. Este método optimiza la utilización del sistema energético solar aplicado al riego, logrando mayores ahorros de electricidad y con menores costos de equipamiento.
Motores eficientes
La aplicación de la Norma ISO 50001 repercute favorable y fuertemente en la industria del cobre, en particular porque exige motores altamente eficientes; esto es, con capacidad de perder menos energía.
La razón es la extraordinaria conductibilidad eléctrica que tiene este metal. Mientras más cobre haya en el cableado de un motor mayor es su eficiencia. Esta noticia tiene un eco importante para la International Copper Association (ICA) y los países productores de la región, como Chile, Perú y México.
La relación cobre versus eficiencia es lineal para el amplio rango de potencia de los motores, desde 0,33 a 200 HP o más. Este mineral es responsable nada menos que del 60% de la eficiencia eléctrica de un motor. El otro factor está en la composición del fierro que rodea a los alambres de cobre (se le agrega silicio) y el diseño de la pieza, dividida y aislada en muchas partes diminutas. En ambos casos, hay menos merma de calor. Este factor aporta un 30% de la eficiencia de un motor. El 10% restante se debe a rodamientos eficientes (con muy bajo roce) y a los ventiladores del motor, también con alto contenido de cobre para que sean eficientes.
El cobre participa en la energía solar, eólica y otras. Su activo rol se debe a que es uno de los mejores conductores de electricidad. Su bajo impacto ambiental y sus excelentes propiedades eléctricas y térmicas cumplen perfectamente las necesidades de energía limpia, agregándose que es un metal 100% reciclable.
Marcos Sepúlveda es Director Ejecutivo de Procobre. Ingeniero Comercial y MBA de la U. Santa María, también es Master en Marketing y Dirección Comercial de la U. Adolfo Ibáñez, con trece años de experiencia en importantes empresas nacionales y multinacion