Blog-Posts from nov 12, 2014

Pedro Del Campo, Gerente Gral. Proforma

Según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, en el 2010, había un estimado de 4 millones de personas pertenecientes a esta generación (nacidos entre 1982 y 1995) viviendo en el país, lo que corresponde a cerca de un cuarto de la población. Hoy muchos de estos jóvenes ya están trabajando en alguna empresa o bien están cursando la universidad. A lo largo de mi carrera me he encontrado con muchos de ellos, y me he sorprendido con sus inquietudes. Son opuestos a los de nuestra generación, la antecesora X, la cual por una carrera profesional ha postergado muchos de sus espacios personales. Hoy los jóvenes de la generación Y no viven para trabajar, sino que “Viven primero y trabajan después”, es decir, la pega es parte de la vida, pero tiene que tener sentido y debe permitir la autorrealización, además el tiempo libre es fundamental en sus vidas. Por eso es que a esta generación los llaman los “Why not?”: ¿por qué no poder autorrealizarse y, a la vez, trabajar?

Esta generación del milenio trata de divertirse en la pega y el trabajo en equipo es parte de su “programación de fábrica”, no es prioritario hacer carrera en una empresa. Se caracterizan por ser autónomos y seguros de sí mismos. La informalidad es algo que los representa. Son meritocráticos, si pueden conseguirlo ya, lo quieren de inmediato. Además, creen en el poder de la tecnología, que la educación es un commodity y que pueden hacer una infinidad de cosas. Por ello, no les gusta quedarse trabajando extra, ya que luego del horario laboral realizan diferentes actividades que los hacen felices y son parte importantísima de su vida.

Ante esto, estamos frente a un gran cambio generacional que implica que las empresas deben adaptarse a las circunstancias para recibir y contar entre sus filas con jóvenes de este rango de edad, situación que se hace inevitable ya que dentro de éste hay una atractiva oferta de profesionales con excelentes ideas y lo más importante: capacidades diferentes que pueden ser muy útiles y necesarias para una organización.

¿Qué hacer frente a este nuevo escenario? ¿Cómo atraerlos? ¿Cómo contar con ellos por un período mayor al promedio de su permanencia en una institución? La clave es adaptarse al cambio y no pensar que el salario es la mayor motivación de esta generación. Muy por el contrario, hay que ir más allá. La clave es ser empáticos, hacerles saber sus potencialidades y la importancia que tienen en la compañía. En este sentido es fundamental el estilo de comunicación, es decir, utilizar los canales que esta generación ocupa en la vida cotidiana, como las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, etc), pues éstas les generan cercanía, credibilidad e inmediatez.

Asimismo, es requisito fundamental mantener un excelente clima laboral, si se sienten cómodos,  ello generará un punto a favor. Pero ojo, eso no es suficiente, también es importante ofrecerles nuevos desafíos, así sentirán que están construyendo y no estarán quedándose en la parsimonia que es lo que más temen. Entregarles herramientas, desarrollo de competencias, capacitaciones, flexibilidad, entre otros aspectos.

Hoy estamos frente a un gran cambio que requiere atención y pronta actuación, ya el mundo comenzó a moverse de esta forma. No hay marcha atrás, ahora debemos reformularnos y mirar hacia adelante. El gran desafío no es que muchos profesionales Y se adapten a un jefe generación X, más bien es al revés, los  X deben adecuarse y adaptar sus organizaciones a un mundo Y.

Pedro Del Campo es Antropólogo Social de la Universidad de Chile y Master en economía social de la Universidad de Barcelona. Gerente General Proforma