Manuel Viera, Dr. Economía Minera y Finanzas Ceo & Managing Partner Metaproject Chile
La minería chilena está enfrentando momentos difíciles, pues además de los principales riesgos externos e internos, debe enfrentar el dilema perverso de ser competitivo y generar divisas para el país, frente a decisiones políticas que hacen dudar que sean apoyo a su desarrollo. Hacienda sigue mirando a la minería como vaca lechera, y ahora propone de manera antojadiza una carga máxima de 48 % lo grave que sería para la competitividad del país frente a otros países con quien compite.
Pero analicemos brevemente de manera estratégica cuales serían las implicancias de esta nueva propuesta basada en la técnica del FODA:
Fortalezas
- Generaría mayor recaudación en el corto plazo.
- Cumpliría una parte del programa de gobierno.
- Habría solo parte del dinero para financiar la PGU, pero esto dependerá si el precio del Cobre y Litio siguen alto, el precio del litio ya va a la baja.
- Dejaría contento a una parte del mundo político.
Oportunidades
- Reformular la carga tributaria mediante un modelo basado en el punto de equilibrio con horizonte móvil, donde el estado maximiza la recaudación fiscal y el inversionista obtiene una rentabilidad justa, es la clave para mantener y mejorar la competitividad país. Ambas partes en un perfecto acuerdo.
- Existe la oportunidad histórica de hacer bien las cosas, y aprovechar la bonanza de los precios de los minerales de los llamados minerales críticos, cuya demanda sería hasta cuatro veces.
- La brecha de metales de transición energética para la generación de energías renovables y electro movilidad se necesita al menos 4 veces la demanda de estos minerales para cumplir 100 % en bajar 1,5 % la temperatura del planeta, y allí aparece el Litio, el cobre. Falta una política pública coherente.
Debilidades
- La fórmula hibrida de tener un factor basado en aplicar un impuesto sobre las ventas o ad valorem impacta dramáticamente a la ecuación de ingresos, bajando la ley del mineral que para nuestros yacimientos ya es baja, y otro factor sobre la rentabilidad operacional.
- Desproporcionada carga tributaria, lo que aleja al país como plaza atractiva para los inversionistas.
- Habrá menos recaudación fiscal en el mediano y largo plazo, pues mucho mineral quedará en el cerro sin posibilidad de extraerlos al aumentar el royalty sobre las ventas (baja ley del mineral en la ecuación de Ingresos).
- Habrá menos recaudación fiscal en el mediano y largo plazo, pues mucho mineral quedará en el cerro sin posibilidad de extraerlos al aumentar el royalty sobre las ventas (baja ley del mineral en la ecuación de Ingresos).
- Un royalty ad valoren no debe aplicarse a Chile con leyes bajas altos costos y mono productor. La economía minera así lo recomienda, tiene sentido cuando sus yacimientos son polimetálicos de alta ley, como lo es Perú, el segundo mayor productor de cobre.
- Aumento de la desconfianza empresarial. Habrá fuga de inversionistas para otros países y ecosistemas geológicos de mayor estabilidad jurídica y tributaria.
- No se armoniza la opinión técnica con la opinión política. Genera alta incertidumbre en los inversionistas.
- Aumento de la carga tributaria impacta negativamente en la competitividad del sector.
- No se saca ninguna lección aprendida del pasado, tampoco aprovecha la bonanza de los precios de los metales actuales.
- Chile posee Cobre y Litio indispensables para cumplir objetivos de net zero del cambio climático, y no se observan políticas de fomentos y desarrollo para aprovechar esta gran oportunidad y generar divisas.
Amenazas
- Peligro de perder el liderazgo mundial como primer productor de cobre, y estancar el desarrollo del litio, o la carga tributaria mayor que la competencia.
- Pérdida de competitividad país.
- Fuga de inversionista a otras regiones con mejores incentivos y menor carga tributaria hacia Perú, Ecuador, y sobre todo a África, región que compite con Chile.
- Habrá menos recaudación fiscal en el mediano y largo plazo, pues mucho mineral quedará en el cerro sin posibilidad de extraerlos, por la perversa aplicación del factor a las ventas ad valorem.
- El royalty ad valorem amenaza cerrar a todos los yacimientos de baja ley que podrían quedar bajo el punto de rentabilidad.
- De no eliminarse el royalty ad valorem, se obliga a aumentar la ley de corte, dejando mucho mineral sin extraer, lo que trae una menor vida útil y como resultado una menor recaudación fiscal, es decir, contrario a lo que se persigue.
- Chile adolece la falta de nuevos yacimientos y nuevos proyectos con leyes altas, la mayoría son de leyes bajas y eso obliga a mover mucho material para recién extraer una libra de cobre, aumentado los costos significativamente
- La dependencia de China con las materias primas, llamadas críticas vitales para el desarrollo científico y tecnológico para combatir el cambio climático, podría usarlas como poder de negociación en caso de conflictos bélicos y guerra comercial.
- Países que no eran mineros ahora lo son y se han dedicado a la búsqueda de esas materias primas en Europa y en todo el mundo, pero ¿qué hace Chile al respecto? ¿alguna nueva política pública?
- Relación con las comunidades, y exigencias ambientales, no se armoniza la opinión técnica con la opinión política. Genera alta incertidumbre en los inversionistas.
- Fantasma de las nacionalizaciones propuestas por varios políticos genera incertidumbre y fuga de inversionista a otros países más seguros.
- Da la sensación que los empresarios e inversionistas son los enemigos y se les ataca lo que deja en tela de juicio el derecho a la propiedad.
- Aumento de la desconfianza empresarial. Habrá fuga de inversionistas para otros países y ecosistemas geológicos de mayor estabilidad jurídica y tributaria
- Rechazo a nuevos proyectos mineros genera desconfianza, incertidumbre y ahuyenta la inversión.
- Cambio en las nuevas coordenadas y periodo de tiempo para aplicarla
- La mala prensa anti minería y las ONG en contra de la minería estarán más activas intentando evitar nuevos proyectos.
- Excesivo rol del estado en la explotación del Litio genera amenaza a la confianza de la inversión privada. La actual propuesta reciente enunciada por el gobierno deja sin toma de decisión al mundo privado.
La dinámica geopolítica global girará en torno a la energía para reemplazar el petróleo, nuestro cobre juega un papel clave tanto en la generación como en el consumo de energía, el cobre y litio se necesita en todas las técnicas de energías renovables, y se requerirá al menos 4 veces mayor consumo de las actuales al 2040, para cumplir objetivos planetarios.
Mi recomendación es eliminar de inmediato el royalty ad valorem por ser nefasto para el país, y solo quedarse con el royalty a la rentabilidad operacional con un límite de la carga tributaria máxima de 46 % con ello no solo se generará una mejor recaudación fiscal, sino también se cuida la competitividad del sector, trayendo nuevas inversiones en exploración, pero insisto que se debe industrializar el litio mediante incentivos tributarios, pues el litio es una Industria química que necesita la hidrogeología para su extracción con sentido sustentable.
Ínsito que el mejor modelo de Royalty es aplicar uno solo a la rentabilidad operacional, buscando el punto de equilibrio que permita entre maximizar la recaudación fiscal para estado y le dé una rentabilidad justa para el privado sin sacrificar inversión y aporte para el estado, siguiendo el camino browniano del precio del cobre mediante horizonte cíclico basado en técnica de depletion o factor de agotamiento de los recursos no renovables.
“No puede haber grandes logros sin riesgo”. Neil Armstrong.
Existe la oportunidad histórica de hacer bien las cosas, y aprovechar la bonanza de los precios de los minerales de los llamados minerales críticos.