José Botin, Minería Universidad Católica
La industria minera dispone de capacidad tecnológica para un diseño y operación minera segura, por lo que hay que concluir que el riesgo catastrófico remanente en minería se debe a la falta de foco en el control de riesgos en proyectos y operaciones mineras, bien por falta de competencia técnica en la empresa y en la Administración o bien por carencias graves de ética y cultura empresarial.
La minería es uno de los sectores industriales con tasas de siniestralidad más baja de Chile. Sin embargo, como cualquier actividad industrial, la minería conlleva riesgos asociados a diversas situaciones de peligro (hundimientos, gases, incendio y otras) que, de no ser bien gestionadas, pueden ser causa de desastres mineros con pérdida de vidas humanas y/o consecuencias catastróficas para el medio ambiente.
El riesgo asociado a una situación de peligro es mayor cuanto más graves sean las posibles consecuencias y mayor la probabilidad de ocurrencia. Por ello, la correcta gestión de estos riesgos implica establecer, para cada situación de peligro, un estándar operacional de obligado cumplimiento que reduzcan la consecuencia potencial (gravedad) y la probabilidad de ocurrencia de accidente. Cuando una operación minera carece de estándares de gestión de riesgo o éstos no se cumplen, se dice que existe una condición “Sub-estándar”, es decir, una condición en el diseño o en la operación de la mina, que conlleva un riesgo, desconocido o conocido, que puede superar los niveles asumibles.
Los desastres mineros son el resultado de operar en condiciones “Sub-estándar”, respecto a situaciones de peligro de consecuencias potencialmente catastróficas. Esta situación puede existir como resultado de desconocer el peligro o, si es conocido, no gestionarlo adecuadamente. En consecuencia, podemos concluir que los desastres mineros ocurren por falta de competencia técnica (es decir, desconocimiento de un peligro con consecuencias potencialmente catastróficas), por mala gestión (negligencia o falta de control) o en algunos casos, por ocultación o inacción dolosa del riesgo por motivos económicos.
Son conocidos los desastres mineros relacionados con el riesgo de explosión de gas metano (grisú) en las minas subterráneas de carbón. Solo los 10 desastres más recientes (2005-2012) se han cobrado más de 1000 vidas, la mayoría en China, Ucrania y Rusia, pero también en Colombia, USA y México. El origen de éste tipo de accidentes, o condición sub-estándar asociada, son la falta de capacitación del personal, deficiencias en la ventilación e incumplimiento de la normativa sobre certificación, operación y mantenimiento de equipos antideflagrantes en minas grisuosas.
Otra fuente de desastres mineros, con alguna incidencia en Chile, son las roturas de tranques de relaves con resultado de impactos ambientales catastróficos, algunos con pérdida de vidas humanas (El Cobre, 1965 y Las Palmas 2010). La “Condición sub-estándar” en la mayor parte de estos desastres resulta de un diseño inadecuado del tranque y/o mala gestión de riesgo de los procesos de construcción, operación y abandono del tranque tras el cierre de la mina.
También quiero referirme a los desastres mineros en los que varios mineros pierden la vida o quedan atrapados en la mina como resultado de incendios (Mina El Teniente, 1945), falla repentina y violenta de macizos rocosos (Mina San José, 2010) y otras causas. La causa o “condición sub-estándar” en la mayoría de los casos proviene de defectos graves en el diseño, ingeniería y control geotécnica de los huecos de explotación (túneles y caserones), o de los procesos de hundimiento controlado (Explotaciones por hundimiento). En estos casos, los resultados catastróficos resultan de la no existencia de un estándar de diseño seguro, la no existencia de planes y sistemas de emergencia (refugios, sistemas de ventilación anti-incendio, brigadas de rescate, equipos de protección personal, etc...).
Creo que la gran mayoría de los desastres ocurridos en minería han sido resultado de carencia y/o incumplimiento de estándares de riesgo asociado a peligros de consecuencias catastróficas (riesgos catastróficos). Por otra parte, la industria minera dispone de capacidad tecnológica para un diseño y operación minera segura, por lo que hay que concluir que el riesgo catastrófico remanente en minería se debe a la falta de foco en el control de riesgos en proyectos y operaciones mineras, bien por falta de competencia técnica en la empresa y en la Administración o bien por carencias graves de ética y cultura empresarial.
José Botín es profesor del Departamento de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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