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Chile

20 de Febrero de 2012.- Dentro de un mes, André Sougarret Larroquete (47), el ingeniero en minas que lideró el equipo técnico que rescató a los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, volverá a compartir la casa laboral con su hermano Jorge Sougarret.

El 21 de marzo, André, actual subgerente general de operaciones de El Teniente, de la estatal Codelco, asumirá la gerencia general de Minera Esperanza, de Antofagasta Minerals (Amsa), el brazo minero del grupo Luksic. Un trayecto similar hizo previamente su hermano Jorge, quien a mediados de 2011 arribó a la vicepresidencia de proyectos de Amsa, proveniente también de Codelco, de la subgerencia general de operaciones de Andina.

Con el cambio, André Sougarret pondrá fin a 20 años de trayectoria en la minera estatal. Por lo mismo, dice, la decisión de partir no fue fácil. Incluso, tuvo que debatir con su familia, que no estaba del todo convencida del cambio. "Tengo sentimientos encontrados y en su momento tuve dudas, pero 20 años es un buen tiempo para cerrar un ciclo y era el momento para hacer un cambio profesional. Lo que quiero ahora es concluir el ciclo de lo que fue la mina San José y el rescate y cambiar a otro desafío", comenta el ejecutivo. Aunque en Codelco intentaron retenerlo, la propuesta profesional del grupo Luksic fue tentadora, más allá de lo económico, asegura. "Me ofrecen una muy buena posibilidad de crecimiento, en otro ámbito de la minería, con una cultura distinta, con desafíos tecnológicos importantes y con un ambiente diferente al que he vivido en Codelco", señala.

Los ritmos de trabajo del sector privado representan un elemento atractivo para el ejecutivo. "Antofagasta Minerals es una empresa expansiva, tiene muchos proyectos innovadores, con posibilidades de crecimiento, que también las hay en Codelco, pero los tiempos son distintos, las velocidades respecto de cómo se hacen las cosas son mucho mayores en el ámbito privado", explica.

El de Amsa no fue el único ofrecimiento que recibió. Tras la alta exposición que alcanzó con el rescate de los 33, Sougarret tuvo sobre la mesa varias ofertas importantes de mineras internacionales, las que finalmente desechó.

¿Por qué aceptar ahora la de Luksic? Un factor fue clave para dar el sí. "Es una empresa privada, pero chilena, y eso para mí es muy importante, le agrega un plus que valoro. Me hubiera costado irme a una minera extranjera, porque Chile es un país minero y siento que el hacer minería es contribuir un poco al desarrollo del país. Creo que marca una diferencia ir a desarrollar un distrito minero como Sierra Gorda, que puede convertirse en un motor para la regionalización", explica.

Además, tomó en cuenta otro elemento para decidir. Esperanza, dice, es un proyecto que representa una serie de desafíos técnicos y de innovación, como el uso de agua de mar. "Es una operación pionera, que puede convertirse en un referente en la industria minera local y mundial".

Sougarret deberá hacerse cargo de la nueva etapa que enfrenta el desarrollo de Esperanza, que ya concluyó su puesta en marcha y se encuentra en plena operación. El yacimiento de cobre y oro, ubicado a 30 kilómetros de Sierra Gorda (Región de Antofagasta), ha debido enfrentar problemas de diseño que le han impedido tener los niveles de productividad esperados por el grupo. Se estima que en sus primeros 10 años de funcionamiento producirá unas 190.000 toneladas de cobre en concentrados y 230 mil onzas de oro. Según datos de la firma, en sus primeros nueve meses de operación, la mina produjo 54.000 toneladas de cobre.

"El objetivo que tengo es generar el ambiente de trabajo que permita alcanzar las metas y sacarle mayor rendimiento al proyecto. Que alcance los estándares para los cuales fue diseñado y hacer que los activos rindan mucho más de lo que están rindiendo ahora", indica.

A inicios de enero, Sougarret recibió la propuesta formal de los Luksic, aunque ese no fue el primer contacto que había tenido con el grupo. En agosto de 2005, el ingeniero se encontró en Indonesia con Andrónico Luksic hijo, justo cuando murió el patriarca del conglomerado. Sougarret estaba visitando una mina de Freeport. Luego, en enero de 2011, el grupo invitó a Sougarret a las oficinas en Santiago a hacer una presentación sobre el rescate de los mineros. Ahí tuvo oportunidad de conocer y conversar con Jean Paul Luksic, recuerda el ejecutivo.

Su próxima llegada a Esperanza, sin embargo, no se la atribuye únicamente a la exposición alcanzada con el rescate. "Tiene que haber ayudado la figuración mediática que tuvo la operación de los 33, pero son 20 años de trayectoria que también pesan. Antofagasta Minerals no anda buscando un rock star ni una figura pública, sino profesionales que tengan experiencia y management", afirma Sougarret.

Si bien el ingeniero no se proyecta a futuro, sí quiere volver a la universidad a hacer clases y reconoce que también le gustaría regresar algún día a Codelco. "Me voy por la puerta ancha y espero algún día regresar si se dan las condiciones", indica.

No ha sido fácil para André Sougarret recuperar la tranquilidad tras la figuración del rescate, el hito más importante dentro de su vida profesional, reconoce. "La exposición repentina me incomodó al principio, no era lo natural y traté de refugiarme. A veces ni siquiera podía salir a comprar, porque la gente me reconocía y me pedían sacarme fotos. Fue el costo de culminar con éxito un proceso", recuerda. En paralelo, debió dejar espacio en su agenda para asistir a numerosas charlas y conferencias en Chile y en el exterior para explicar los alcances del rescate. "En Codelco me daban permiso, pero creo que ahora no será posible", señala. Su vida volvió a retomar su cauce normal sólo en los últimos meses.

Hoy, dos de los 33 mineros que quedaron atrapados se encuentran trabajando desde diciembre en El Teniente: Samuel Avalos y Richard Villarroel. Con el resto, Sougarret no tiene mayor contacto. Para el profesional, la lección que dejó el rescate es clara: "Tenemos que hacer minería en forma responsable, con los trabajadores y no a costa de los trabajadores".

También cree que la industria minera está en deuda con las comunidades. "El desarrollo minero no va a la par con las comunidades. Hay que escucharlas y trabajar con ellas, mostrarles los beneficios de los proyectos y compartirlos con ellos, para que estén de acuerdo con los desarrollos y no contra ellos", señala (LT).

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