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Chile

Este año, los aportes de las mineras privadas será 28% menor a lo previsto. El próximo año descenderán otro 26%, con casi US$ 1.000 millones menos. Las empresas estiman que el pago por royalty caerá en hasta US$ 200 millones.

26 de Noviembre 2012.- EL 2013 será para la industria minera local un período de cambios. El próximo año se reducirá el impuesto específico (royalty) que pagan las grandes empresas desde el año 2010, cuando el gravamen se ajustó al alza de manera transitoria para recaudar recursos adicionales que permitieran financiar la reconstrucción del terremoto.

El régimen tributario vigente desde entonces concluirá el 31 de diciembre próximo y, a contar de enero, se volverá al esquema impositivo previo que se estableció para las mineras en 2005 y que comenzó a aplicarse al año siguiente. El cambio impositivo implicará que la tributación de las mineras en 2013 por ese concepto bajará hasta US$ 200 millones respecto de lo tributado en 2012, según estiman ejecutivos de la industria minera. Ello, eso sí, si se mantienen tres variables que son clave para calcular el gravamen: producción, los costos operacionales y precio del cobre. “El monto recaudado por royalty podría incluso disminuir más, si los costos que ya están altos siguen escalando y si la producción y el precio del cobre registran una caída”, asegura un alto ejecutivo de una minera.

El gobierno ya incorporó el impacto que tendrá en los ingresos fiscales la caída tributaria que se espera para la minería privada. En el proyecto de Ley de Presupuesto para 2013, la Dirección de Presupuestos (Dipres) prevé que la tributación total de las mineras privadas durante el próximo ejercicio -que incluye los pagos por el impuesto a la renta y del royalty- será un 26,3% menor respecto de 2012, “asociado al pago del impuesto único realizado por el contribuyente en 2012 que no se repetirá en 2013”, consigna el informe de la Dipres. Lo anterior, agrega la entidad, “se suma el menor precio del cobre esperado para 2013, lo que afecta la recaudación por impuesto adicional”. La Dipres proyecta un precio promedio de US$ 3,4 la libra, un 4% menos que el promedio de 2012. La tributación de las mineras privadas estimada para 2013 llega a $ 1,51 billones (unos US$ 3.048 millones). En 2012 ascenderá, según la última proyección de septiembre, a $ 1,99 billones (unos US$ 4.000 millones), pero será un 28% más baja que lo que preveía la Ley de Presupuestos del año pasado. ¿La razón? Menor precio, menor producción cuprífera y menores remesas.

El efecto royalty

“La ley del royalty tiene un mecanismo que ya fue definido, aprobado y está funcionando. Estamos trabajando bajo ese esquema y están las reglas claras para todos”, afirma el ministro de Minería, Hernán de Solminihac. A partir del 1 de enero de 2006 existe un impuesto especial a la actividad minera en Chile. Hasta 2009, era calculado en una escala de entre 4%y 5% que gravó las ventas de cobre. Entre 2010 y 2012, el régimen incluyó tasas progresivas que fluctúan desde el 4% al 9% de la renta operacional.

A partir de 2013, se aplicará una tasa fija de 4% o 5%, dependiendo de la minera, que se mantendrá hasta 2017. Al año siguiente el rango se ampliará a tramos de entre 5% y 14%, que permanecerá hasta 2023.

Entre 2005 y 2009, el aporte de las mineras por royalty fue de US$ 3.079 millones, según el Consejo Minero. En los últimos tres años, lo que ha recaudado el Fisco por esta vía bordea los US$ 3.000 millones.

Alivio marginal a las mineras

Para la industria, la caída del royalty tendrá un impacto marginal. Ello, porque en los últimos tres años la tasa efectiva por ese impuesto que pagaron las empresas promedia el 6%. “En la práctica, nunca se aplicó la tasa máxima, porque para eso los márgenes operacionales de las mineras privadas debían superar el 70%, condición que no se cumple en el escenario productivo actual, donde fluctúa entre 40% y 60%”, indica Juan Villarzú, president&CEO en Aegean Mettals Group y ex presidente ejecutivo de Codelco.

“El royalty no se paga por las ventas, sino sobre las utilidades. Estas se ven influenciadas por el costo de producción, el que ha ido fuertemente al alza en los últimos años”, complementa Colin Becker, socio especialista en minería de PwC.

Según los resultados informados a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), a junio Minera Esperanza, de Antofagasta Minerals, fue gravada con un royalty de 4,95%. Collahuasi, a su vez, bajó de 6% en 2011 a 4% este año, y Escondida, la mayor minera privada del país, tributó un 4,18% el primer semestre.

“No debería ser tan marcada la diferencia de 2012 a 2013, porque ya hay empresas que están tributando al 4%, debido a que ha bajado la rentabilidad”, apunta Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals. Este año, de hecho, la industria prevé que el pago por royalty bajaría en US$ 300 millones respecto de lo cancelado en 2011, que superó los US$ 1.100 millones.

Una de las razones que explican la baja en la tributación es el menor precio del cobre. A junio, la cotizació del metal bajó 18,24%, medida a 12 meses. A la caída en el valor se sumó una menor producción en algunos yacimientos del país, afirma el académico del Centro de Minería de la UC, Gustavo Lagos. Clave también ha sido el alza en los costos, especialmente de la energía. Lagos explica que las mineras privadas registraron un aumento cercano al 15% en sus costos al primer semestre. En el Consejo Minero agregan que entre 2010 y 2011, los costos operacionales de la industria escalaron un 22%.

Crucial es la energía, que representa en torno al 20% de la estructura de gastos de las mineras y cuyo consumo creció 59,6% entre 2001 y 2011, según datos de Cochilco. Un informe de la entidad muestra que en 2010 el costo unitario de energía de Chile para la producción de cobre fue de 12,3 centavos de dólar por libra, comparado con 7,4 de Australia, 6,8 de Perú y 5,4 de Canadá.

“El sector minero, tanto público como privado, está pasando por un momento complejo. La energía hoy no tiene precios competitivos y eso ha llevado a que todas las mineras tengan menos ingresos y, por ende, estén tributando a tasas también inferiores”, explica Santiago González, ex ministro de Minería.

Por lo mismo, y aunque marginal, la baja del royalty dará igualmente un respiro a las empresas. “No será significativa la disminución, tampoco marcará una diferencia sustantiva en los resultados de las compañías, pero ayudará en un escenario de costos crecientes”, subraya Nelson Pizarro, CEO de Lumina Copper. “Alivia un poco, pero será temporal, porque en 2018 vuelve a subir la tasa”, añade Diego Hernández.

¿Tercer royalty?

La caída en la tributación del sector instaló una inquietud en la industria. En las empresas se teme que se reabra un debate para impulsar una nueva modificación al esquema impositivo. “Lo importante es que las reglas del juego se han mantenido, de acuerdo a lo que se definió en su momento”, destaca De Solminihac.

Pero en un año eleccionario el tema podría escalar, advierte un alto ejecutivo de una minera. “Es un buen eslogan de campaña”, agrega.

De hecho, la Concertación no dio por cerrada la reforma tributaria, indica un asesor de una candidatura presidencial opositora, quien asegura que en algunos sectores se está evaluando la opción de instalar el tema en la agenda pública.

Para anticipar un posible escenario adverso, las mineras se han estado preparando. Algunas han encargado estudios y otras han visto escenarios legales. “No tiene sentido que se modifique la tasa. Ya ha habido una voluntad de los inversionistas en sumarse al royalty, dos veces. Se requiere una estabilidad en el tiempo, porque los proyectos son de largo plazo”, afirma un ejecutivo minero.

Las grandes mineras creen que cualquier cambio tributario que altere las reglas del juego puede impactar las inversiones futuras, previstas en US$ 100.000 millones a 2020.

LTOL
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