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Chile

La relativa baja ley de nuestros minerales actuales, las presiones medioambientales, la baja disponibilidad (y por ende mayor costo) de la mano de obra, nos enfrenta a un escenario de menor precio con una sumatoria de incrementos en el costo de extracción que puede hacernos perder liderazgo y, en el peor de los casos, convertir el negocio en no rentable. 

19 de Noviembre 2012.- Está intranquilo el mundo minero. Se prevé una sobreoferta para 2013, y frente a esta situación, Chile se encuentra muy mal parado. Desgraciadamente el ex ministro Bunster tiene razón, la energía no es la única traba para el desarrollo minero. Sin embargo, no deja de ser significativo, ya que un aumento del 30% del costo de la energía, asociado a una disponibilidad limitada, ha determinado no sólo que varios proyectos se suspendan, sino que otros deban considerar generación propia para asegurar suministro. Pero suma y sigue. 

La relativa baja ley de nuestros minerales actuales, las presiones medioambientales, la baja disponibilidad (y por ende mayor costo) de la mano de obra, nos enfrenta a un escenario de menor precio con una sumatoria de incrementos en el costo de extracción que puede hacernos perder liderazgo y, en el peor de los casos, convertir el negocio en no rentable. 

Nuestra estabilidad política e institucional es la única ventaja que nos va quedando versus otros posibles productores como Perú, que tiene leyes mayores, menos presiones medioambientales y costos de mano de obra muy menores. Hay que reconocer una fortaleza en nuestro capital humano especializado, pero éste puede desplazarse fácilmente a otro lugar. 

De más está decirlo: una crisis en la minería no es una crisis en el mercado de los salmones. El aporte directo del cobre a las finanzas públicas es sustantivo. Valga señalar que ha representado hasta casi el 50% de la recaudación, siendo hoy cercano al 20%, sin contar el efecto del precio en ingresos fiscales no asociados directamente al mineral. La historia suena a repetida. No nos vaya a pasar lo de 1930 y, como dicen los pampinos, el sueldo de Chile se nos vaya con la camanchaca. María Loreto Ferrari Dir. Escuela de Negocios  AIEP

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