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Chile

El economista Alejandro Fernández, considera muy optimistas las proyecciones a cuatro años, tanto de crecimiento como de precio del cobre.

05 de Noviembre 2012.-  El economista y socio de la consultora Gemines, Alejandro Fernández, considera razonables los supuestos macroeconómicos del proyecto de Ley de Presupuestos 2013 en cuanto a inflación, tipo de cambio constante respecto de la proyección revisada de este año y un precio del cobre más bajo, aunque habría preferido un crecimiento del gasto público menor al 5% proyectado, pues supera el 4,8% de crecimiento previsto para la economía.

"Si se cumplen esas proyecciones, vamos a tener los dos años finales del Gobierno con una expansión del gasto público mayor y, por tanto, con un aumento de la participación del gasto en el PIB", dice.

En 2009, el gasto fiscal era un 23,2% del PIB; en 2010, un 22,1%; y en 2011, un 21,6%, según el Informe de Finanzas Públicas 2013. Además, la Ley de Presupuesto Fiscal 2012 contemplaba un aumento del gasto fiscal de 5%, y la última cifra revisada proyecta uno de 6,3%, por encima del crecimiento de 5%.

Con todo, lo que más le preocupa a Fernández no son las proyecciones a cuatro años. Califica de "fantasioso" el crecimiento de 5,1% promedio esperado para 2014-2016. También cuestiona los pronósticos de expansión de la demanda interna de 5,9%, 6,1% y 6,1% para 2014, 2015 y 2016, respectivamente.

Discrepa del nuevo cálculo de PIB tendencial del Comité de Expertos consultado por el Ministerio de Hacienda y que arroja un 5%: "En el mejor de los casos, estamos en torno a 4,5%, y basta ver la evidencia histórica". Tomando los últimos diez años, la economía apenas crece sobre 4%, por lo que se pregunta qué ha hecho el país para ser más productivo.

Opina que se han hecho cosas a favor y en contra, y que el resultado neto es cero. Lo positivo, añade, son las reformas sobre productividad del ex ministro Juan Andrés Fontaine; y lo negativo, precisa, más regulación y más impuestos.

"El principal problema en la política fiscal es que se está tomando como permanente el aumento del precio del cobre. Lo que pasa es que duró mucho tiempo. Desde 2004 y hasta 2011, el precio efectivo subió, salvo en 2009 por la crisis internacional. Y en la pasada subieron el precio de largo plazo, que se calcula para la regla fiscal estructural, lo que permitió dar la imagen de que nos sobraba plata y ayudó a acelerar el crecimiento de la economía", dice.

Costos de producción
Como el Gobierno anunció que logrará anticipadamente la meta de un déficit estructural de 1% del PIB planteada para 2014, el economista considera poco exigente mantenerlo en ese nivel desde 2011 hasta 2014, y que se debió avanzar más hacia un presupuesto equilibrado en los años que le restan a la actual administración.

No haber avanzado antes tiene algún impacto en el tipo de cambio real y deja más vulnerable la posición fiscal ante un eventual derrumbe del precio del cobre, pero, advierte: "Ni siquiera se necesita que el precio del cobre se derrumbe. Basta que se mantenga y sigan creciendo los costos de producción, ya sea porque las leyes de mineral siguen cayendo o por la incidencia de los costos de energía, para que disminuyan las utilidades de la minería. La base tributable va a ser menor, Codelco va a poder entregar menos utilidades y la caja fiscal va a sufrir".

Emol
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