Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Argentina

El yodo es un elemento vital para las delicadas membranas polarizadoras (OPF) de las pantallas de cristal líquido.

17 de Septiembre de 2012.- Cuando se destaparon los documentos secretos de Estados Unidos filtrados por WikiLeaks, la filtración de documentos diplomáticos más grande de la historia y que todavía hace desfilar a Julian Assange por el asilo de varias embajadas, se descubrió que el activo estratégico de Chile no era el cobre o el litio, sino el yodo.

No hay dudas de la importancia de las gigantescas reservas de cobre y del litio de las salmueras de Atacama que ubican al país en los primeros lugares de la producción mundial. Ahora bien ¿Y el yodo? La gente lo asocia con un desinfectante cuando hay que curar una herida o en el mejor de los casos con el yodo que se agrega a la sal para evitar una conocida enfermedad de la tiroides.

Lo que se conoce menos es la importancia que tiene el yodo en los dispositivos electrónicos modernos que usan pantallas táctiles tal el caso de los teléfonos celulares y las famosas tabletas iPad de lectura de libros electrónicos entre otros múltiples usos.

El yodo es un elemento vital para las delicadas membranas polarizadoras (OPF) de las pantallas de cristal líquido.

Es el caso de las pantallas LCD, donde las mencionadas películas polarizantes ópticas necesitan del yodo como un elemento esencial. De allí que su demanda haya aumentado sustancialmente en la última década cuando la tonelada se ubicó entre 25 y 30 mil dólares.

El yodo es un elemento químico que se encuentra muy distribuido en la corteza terrestre y aguas marinas pero siempre en muy escasas cantidades.

Las principales concentraciones se presentan en algas marinas y en algunas aguas asociadas con campos petrolíferos de donde es extraído por Japón y Estados Unidos respectivamente. De todos modos las grandes reservas se presentan en el desierto del norte chileno asociado a los campos de nitratos. Precisamente Chile produce el 50% de la demanda mundial.

El origen de esos nitratos asociados con yodo, boro y otros elementos es todavía un misterio sin resolver. Se han postulado cerca de 50 teorías que intentan explicar la formación de esas exóticas sales. Lo único que está claro es que esa región de la costa chileno-peruana es uno de los lugares más secos del planeta que dan lugar a un desierto hiperárido.

Ello es consecuencia de que los vientos húmedos amazónicos que vienen desde el Este no logran superar la barrera orográfica de las altas montañas del norte argentino y del sur boliviano y descargan toda su humedad en la ladera oriental de los Andes. Por otro lado, el Océano Pacífico a esa latitud está fuertemente influenciado por la corriente fría de Humboldt que no produce evaporación y por tanto no hay formación de nubes ni precipitaciones. La suma de estos dos fenómenos, que se remonta a varios millones de años atrás, generó un paisaje reseco rico en minerales de nitrógeno, especialmente el nitrato de sodio o nitratina y el nitrato de potasio o nitro. Téngase presente que el nitrógeno es un gas de la atmósfera y por tanto su acumulación en minerales del desierto requiere de condiciones muy especiales. Más aún cuando se tiene esa rara asociación con cromatos, tal el caso del cromato de potasio tarapacaíta, así como de boratos y yodatos. Precisamente el yodo aparece formando yodatos y mezclado con los nitratos o caliche de la pampa salitrera nortina. Estos yodatos son minerales en su mayoría exclusivos de Chile entre ellos la lautarita, un yodato de calcio descubierto por A. Dietze en 1891 quien fue químico jefe de la ex Compañía Salitrera Lautaro, y que lleva el nombre por esa famosa oficina salitrera; la dietzeíta, un yodo cromato de calcio hidratado que lleva el nombre del Dr. A. Dietze; la br?ggenita un yodato de calcio hidratado que fue bautizado en homenaje al sabio geólogo chileno-

germano Juan Br?ggen (1887-1953); la hectorfloresita un yodo sulfato de sodio dedicado por George Erickesen al geólogo chileno Hector Flores; la fuenzalidaita y la carlosruizita dos yodo sulfatos complejos, entre otros minerales completamente raros y exóticos.

El primer método para la separación del yodo del salitre fue descubierto por el chileno don Pedro Gamboni, en su oficina salitrera Sebastopol, ubicada en la Región de Tarapacá. Las extraordinarias explotaciones de nitratos que se dieron en esa región en la segunda mitad del siglo XIX que provocaron la llamada Guerra del Pacífico en 1879 con la pérdida para Bolivia y Perú de importantes fracciones de territorio. En las escombreras de las explotaciones quedaron grandes cantidades de yodo que constituyen hoy un valiosísimo recurso si se toma como referencia el precio del producto y su uso masivo en las pantallas polarizantes que hemos mencionado. En sintonía con la demanda y lo descubierto por WikiLeaks la Compañía Minera Errázuriz anunció una inversión de US$140 millones en Pampa Camarones, cerca de Arica, con el fin de producir 400 toneladas mensuales de yodo refinado. La empresa ya posee otras tres plantas, y compite con Soquimich (SQM), también gran exportador de yodo (y de litio), por un mercado planetario cuya demanda se expande 3,14% anual. Resulta interesante recordar que las nitrateras quedaron completamente abandonadas cuando se sintetizaron los nitratos usando el nitrógeno del aire. Salta y el noroeste argentino acusaron fuertemente el impacto económico ya que desde estas provincias salía gran cantidad de ganado a pie (toros herrados) que eran transportados para abastecer de carne a la próspera pampa salitrera. La industria electrónica de teléfonos celulares, computadoras, televisión, tablas iPad, fotografía digital, entre otros artilugios de la vida moderna, ha devuelto el interés por elementos químicos que estaban en el frezzer tales como el litio, el coltán (columbo-

tantalita), las tierras raras, etcétera. Para que se tenga una idea, al menos 160 minerales entran en la fabricación de un simple teléfono celular. El yodo en la salud ha sido un tema de largo estudio. El déficit de yodo es el responsable del bocio o coto y también del cretinismo. Se sabe que el yodo se acumula en terrenos a baja altura y aumenta su concentración cerca del mar. En cambio disminuye drásticamente con la altura. El noroeste argentino es pobre en yodo y por eso fue un grave problema para salteños y jujeños desde tiempos coloniales.

El médico Paolo Mantegazza que visitó la región a mediados del siglo XIX hace referencia a la belleza de las mujeres salteñas que en muchos casos era perturbada por una excrecencia en la garganta que ellas cubrían delicadamente con hermosos pañuelos de seda. El agregado de yodo a la sal sirvió para erradicar este mal y mucho tuvo que ver con el trabajo fecundo de los médicos salteños entre los que destaca el Dr. Arturo Oñativia, cuyo nombre lleva hoy el hospital del bocio.

El Tribuno
Portal Minero