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Chile

Con la administradora Moneda a la cabeza, accionistas minoritarios persiguen la fusión de sociedades cascada que controlan SQM.

25 de Abril de 2012.- No es primera vez que Julio Ponce vende acciones entre sociedades relacionadas y logra una ganancia de ello. Tampoco es ilegal. Desde que existen Oro Blanco, Pampa Calichera y Norte Grande -las firmas controladoras de SQM- lo ha hecho en reiteradas ocasiones, sin que la SVS le cuestionara alguna operación, al menos de la forma en que lo hizo la semana pasada, cuando le instruyó reversar US$235 millones en los estados financieros y prohibió transar sus acciones por 24 horas.

Tanto llamó la atención el hecho, que no fueron pocos los que se preguntaron qué había de distinto de esta vez y dónde estaba realmente “el ilícito contable”. Después de todo, el movimiento de las 5 millones de acciones de la serie A se había ejecutado en marzo del año pasado e informado en los estados financieros de junio en adelante. PULSO consultó a la SVS el porqué del tiempo entre la cuestionada operación y la instrucción de reversar un monto que representó cerca del 65% de las utilidades de las matrices, pero no hubo respuesta.

El efecto de toda esta polémica no ha sido gratis. Más allá de dejar de percibir utilidades, en los últimos dos días las acciones de las matrices de SQM han caído entre un 8% y 5%.

Pero las turbulencias en torno a las sociedades cascada de SQM van más allá de esta operación.

PONCE VS MONEDA Y AFP
Todo comenzó el año pasado, cuando Julio Ponce, el controlador de SQM, comenzó a comprar acciones de Pampa Calichera, dueña de un 21,66% de SQM. Los minoritarios, con la administradora de fondos Moneda a la cabeza, comenzaron a comprar títulos, convencidos de que la intención de Ponce era cerrar la sociedad y fusionarla con la matriz para así disminuir la tasa de descuento que el mercado aplica a las sociedades de inversión. Pero Ponce no cerró Calichera. Al contrario, la dividió en dos sociedades distintas (Calichera y Potasios), diluyendo la participación directa de la sociedad en SQM.

Molestos con la situación y cansados de invertir en SQM con descuento, en enero de este año los accionistas minoritarios comenzaron a enviar cartas a la SVS, solicitando investigar la última venta de acciones de las sociedades matrices y que evaluara la alternativa de pedirle a Ponce que “fusionara” todas las sociedades, a fin “de hacer más transparente las inversiones en la firma”.

Hoy Moneda tiene un 4,56% de Oro Blanco y un 3,72% de Norte Grande, mientras que las AFP poseen un 15,1% y un 8,9%, respectivamente. Por cierto, una forma legítima de participar del lucrativo y potente negocio de SQM, pero con el castigo asociado por tratarse de sociedades de inversión y que se traduce en descuentos que se estiman de 24% en el caso de las acciones de Norte Grande y 31% en las de Oro Blanco.

La idea no atrae a los controladores de SQM, menos ahora que Ponce tiene una participación en Calichera que se estima cercana al 98%, después de ofrecer el derecho de retiro a los minoritarios. Por lo mismo, a los fondos detrás de la idea de fusionar sociedades cascada no les quedaría más alternativa que presionar.

Para los controladores de SQM, además, la existencia de varias sociedades por sobre la matriz les permite ampliar las alternativas de exposición en un activo que consideran de alto potencial de desarrollo. A ello se agregan las disposiciones societarias, heredadas del solucionado conflicto con Potash, que limitan al 32% el porcentaje de SQM que puede estar en manos del controlador.

El futuro del aumento de capital. Los minoritarios también señalan que desconocen para qué se utilizarán los fondos del aumento de capital por US$247 millones programado en Norte Grande y US$525 millones para Oro Blanco. Y dado que la incógnita continúa, han amenazado con no suscribir.

El aumento de capital estaba, naturalmente, vinculado con la obligación de distribuir utilidades, abultadas por la operación que ahora cuestiona la SVS. Reversados esos ingresos contables, se estima que se requeriría no más de un tercio del aumento de capital, el que se utilizaría para otros propósitos, en especial, prepagar algunos créditos o bonos con tasas superiores a las que ofrece hoy el mercado.

(Pulso)

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